Obras son amores

A cierta izquierda le emerge, de cuando en cuando, un tic que impulsa a arremeter contra la Iglesia. Unas veces se quiere imponer el laicismo radical y otras se reclaman recortes económicos para la Iglesia, solución muy aplaudida en la reunión interna del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso. Por cierto hay que manifestar que no emplean el mismo argumento cuando se trata de los sindicatos, partidos políticos y asociaciones que todos conocemos. La financiación de la Iglesia depende de la voluntaria X de los que declaramos a Hacienda. En estos momentos de crisis los pobres no acuden a la puerta de los sindicatos, ni de los ministerios, sino a la Iglesia, a sus centros de Cáritas. Esto lo sabemos todos los españoles. Negar subvenciones a la Iglesia, darlas a manos llenas a los de la ceja, a los sindicatos, a los amigos, es negar el pan y el agua a muchas familias españolas. La Iglesia practica la caridad y el amor y, a través de ella, el dinero llega con total eficacia y sin desvío alguno a la gente desfavorecida. Cáritas cuenta con 60.000 voluntarios; la Iglesia atiende a 22.700 parroquias; 300 consultorios para la defensa de la vida y de la familia donde se atiende a 4.000 mujeres maltratadas; 365 centros especiales de reeducación, donde ayudan a 17.000 drogadictos y a 2.000 mujeres que venden su cuerpo. La Iglesia regenta 107 hospitales, 128 ambulatorios, 876 hogares para ancianos y discapacitados; dispone de muchos centros escolares donde enseñan y forman a miles y miles de jóvenes. La Iglesia dispone de un patrimonio histórico-artístico difícil de cuantificar. Protege y cuida con inmenso esmero colegiatas museos, y catedrales, “obras más divinas que humanas… que despliegan hasta el cielo sus hojas esculpidas en piedra”, como dice Fulcanelli en su libro El misterio de las Catedrales. Catedrales que millones de turistas visitan admirados y aportan divisas al Estado. Este tesoro de piedra difícilmente persistiría sin el cuidado y protección de la Iglesia. ¿Cuántas obras desaparecieron en la desamortización de Mendizábal?...

La Iglesia atiende a miles de necesitados y mantiene en pie ese gran patrimonio de sus catedrales. Se calcula que la Iglesia ahorra al Estado más de 30.000 millones de euros. Mucha gente ignora la gran labor social y cultural que hace la iglesia. Pues bien, ante esta ingente labor, el gobierno prefirió, cosa que no ha hecho con los sindicatos, ni con los partidos políticos, cargarse la partida presupuestaria de la Iglesia y dejar a la voluntad de los españoles, en su X de la declaración de renta, su supervivencia. Y es triste, pero lo voy a decir, una persona importante del gobierno manifestó: “La iglesia católica se va a enterar. Los templos están vacíos. Ya me diréis quién va a rellenar ese casillero”. Pues se equivocó. No conoce a los españoles. 9 millones de españoles han puesto la X a favor de la Iglesia. En 2009 la Iglesia percibió de esa voluntad generosa y valiente 153 millones de euros. Con ese dinero la Iglesia cubre el presupuesto de sus 22.700 parroquias; paga el salario de sus sacerdotes, que oscila entre 600 a 700 € y el de sus obispos que asciende a 900 €. No llegan a mileuristas. Con todo el dinero obtenido la Iglesia cubre cerca de ¾ partes de sus necesidades. Me pregunto: ¿por qué no hace el gobierno lo mismo con los partidos políticos, y los sindicatos?... ¿No creen que eso sería lo auténticamente democrático?... ¿A qué tienen miedo?... Así sabríamos el interés que suscitan en la sociedad española. Quiero informar que en Italia la Iglesia recibe 1.016 millones de euros y en Alemania más de 4.000 millones.

La Iglesia no pide compensación por lo que hace. Cumple con la palabra de Dios: lo que hagáis con uno de los necesitados, conmigo lo hacéis. Contraviento y marea practica el gran mandamiento del amor. Algunos, en sus manifestaciones contra la Iglesia, orinan fuera del tiesto y pretenden debilitar su imagen, breándola con acusaciones de cierto perfume político. La Iglesia escucha, perdona y pone amor allí donde más falta hace, incluso con riesgo de la vida de sus misioneros. Nadie discute que entre los miles y miles de seguidores haya muchos que le han dado la espalda, incluso muchos sacerdotes han incumplido sus promesas. Pero todos los católicos no debemos jamás olvidar aquella frase que Paul Claudel dirigió a los cristianos: “vosotros que lleváis la luz en vuestras manos, ¿qué habéis hecho de la luz?”…