Una reforma laboral llena de tópicos

Los tópicos los inventamos los españoles para huir de la realidad. Pon un buen toro en la plaza o un buen delantero en el campo de fútbol y ya tienes la crisis solucionada. Centra el debate sobre la reforma laboral en el despido y ya tienes la reforma aparcada para años o redirigida hacia donde no molesta. Pues sindicatos, patronales representativas y el goloso gobierno tienen la reforma laboral en el tópico correspondiente. Nadie habla de la demanda laboral. O de la formación. O de la productividad. O del empleo.

Hasta Felipe González se ha cansado de decir que lo importante es que un trabajador sepa hace una cosa, que el empleo seguro que le sale después. Y ese trabajador circulará siempre por la vida y las empresas con su saber hacer, trabaje dónde sea y sea cuál sea la circunstancia, sin temor a la pandemia del paro. Aquí primero hay que tener empleo y luego saber hacer la cosa. Por eso no se crean puestos de trabajo, porque hay muchos trabajadores pero pocos saben hacer lo qué necesita la demanda de empleo. Pero eso no se plantea en la reforma laboral. Por eso aunque hagan esa tópica reforma no se creará empleo. La reforma será como una “flashmobs” con una duración intensa pero corta.

En la reforma laboral no está la adecuación al empleo en el mercado laboral, pero tampoco en la universidad o en la formación profesional. Angel Gabilondo se ha quedado compuesto y sin novia en el pacto sobre la educación. Pero es que aunque hubiera acordado lo impensable con el PP o el PNV, que ya es decir, hubiera encontrado las mayores reticencias en los colectivos de enseñantes, desde primaria hasta los universitarios. En caso alguno quieren plantearse un cambio de programas y titulaciones para adecuarlas a las demandas futuras del mercado del trabajo. Por eso aunque hagan todas las reformas laborales que quieran las universidades españolas seguirán siendo unas fábricas de parados.

En las evaluaciones de la Agencia Nacional de Evaluación (ANECA) priman los valores a titulaciones que son más de lo mismo. Y lo mismo las Agencias autonómicas. Todas las universidades quieren tener turismo, economía, finanzas o salud, pero ninguna plantea un programa que prepare a los estudiantes para la demanda laboral que habrá cuando acaben su carrera. Más de lo mismo de los últimos cien años, con lo cual ninguno de nuestros jóvenes estarán en condiciones de encontrar un trabajo de los que están marcando el nuevo paradigma económico. Ni conocimiento ni habilidades. Así va a ser la reforma laboral.

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