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Per Jesús Montesinos
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Miles de turistas a 30 euros la noche

    Seguro que la consellera de Turismo de la Generalitat Valenciana, Belén Juste, tiene preparada la rueda de prensa para el próximo martes alardeando de que la costa ha conseguido un lleno del ochenta por ciento y el interior ha rondado una ocupación del cien por cien de turistas. Lo que no dirá es que el precio de las pernoctaciones no pasa de 30 Euros por noche y por un poco más de cien euros todo el puente festivo en la Comunidad Valenciana. ¿Sirve para algo ese turismo? ¿Paga siquiera el arroz que se come?

    A estas alturas aún se arrastra el tópico con el que se medía el éxito turístico en la época de Manuel Fraga. ¡Premio para el turista cincuenta millones! ¡Este puente festivo rondaremos la plena ocupación! ¿Y para qué quiero cincuenta millones de turistas a cien euros? Lo dicho: con eso no se paga ni el arroz. Era una contabilidad medio válida cuando el capital físico invertido en apartamentos, hoteles o carreteras era mínimo y el único riesgo era el metro cuadrado de playa que ocupaban por esos precios.

    Imagino un ciudadano de Alicante o Valencia que compró hace unos años un apartamento en Gandía o Torrevieja para luego alquilarlo vía economía sumergida (venderlo ni soñarlo). Paga una hipoteca de 800 euros al mes y unos gastos de cincuenta euros entre luz, agua, limpieza. Y resulta que lo puede alquilar unos sesenta días al año a una media de cincuenta euros noche, agosto por Año Nuevo. Al año saca 3.000 € y el apartamento le cuesta 10.200. ¡Menudo negocio el del turismo! ¿Qué le queda la inversión patrimonial? Y una casa rural anda por lo mismo, aunque los costes sean mucho mejores porque el capital físico está más amortizado.

    La inversión en capital físico ha sido tan brutal en los últimos años que el único que ha hecho negocio es aquel que pudo vender los apartamentos antes de que cayera la crisis. El resto de la inversión no es recuperable a treinta euros la noche en Semana Santa y a tres euros el plato de paella. Si alguien fuera capaz de contabilizar coste de suelo, construcción, carreteras, conductos de agua y créditos sacaría unas cifras que son incompatibles con la euforia con los niveles de ocupación a precios de saldo. ¿Le hace alguien estos números a Belen Juste?

    El camino es otro. La CIERVAL le llama Valor Añadido en los servicios para el turista. Jorge Martínez “Aspar” le pone nombres al valorar que el retorno de ese valor añadido no solo llega con los turistas físicos. Me comentaba esta semana que cualquiera de los eventos del motor de carácter internacional puede tener unos seiscientos millones de impactos publicitarios. Eso es rentabilidad para traer turistas, para situar nuestros productos en el mapa o para montar video juegos.

    El dinero no solo debe llegar por las entradas que compran los valencianos. El negocio es otro, como saben el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, y el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, que han montando por trescientos millones un circuito en medio de un secarral sin que nadie proteste. Pero aquí decidimos que hay que reinventarse, ponerle valor añadido al turismo y darle sabores a la paella, pero luego nos contentamos con los turistas a treinta euros y ponemos a parir los seiscientos millones de impactos publicitarios. Pero tranquilos: para agosto bajaremos a 25 euros la noche con tal alcanzar el 150 % de ocupación….

    (Sígueme en www.jesusmontesinos.es y www.twitter.com/jmontesinos)

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