Impuestos al consumo (IVA), no al trabajo
Lo ha difundido una y otra vez el presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Javier Gómez Navarro, que públicamente se define como socialista, aunque desde el gobierno de Zapatero no le hacen puto caso, quizá porque fue ministro con Felipe González.
Gómez Navarro va más allá de esta semana y aclara que los impuestos al trabajo, cuotas y demás dificultan la creación de empleo y cargan solo sobre los trabajadores y las empresas de aquí, cuando resulta que nuestra balanza comercial demuestra que consumimos mucho más productos fabricados fuera que dentro. Y esos productos compiten con los españoles porque pagan menos seguridad social, impuestos de trabajo, etc., y no todos son chinos o filipinos. También en Alemania.
Por lo tanto esos impuestos, el de sociedades y otros que gravan nuestra competitividad deben bajarse al mínimo para fomentar el empleo. Mantenerlos lo único que fomenta es la reinversión en gasto no productivo, con lo cual más pronto o más tarde el saco se agota. Sale más que entra.
Según Gómez Navarro hay subir el IVA, que es un impuesto al consumo, y bajar todos los otros. De esta manera todo lo que se fabrica fuera en un mundo globalizado pagará un impuesto al venderse en España. Y estaremos en igualdad de condiciones en cuanto precio. Otra cosa es la productividad, que debería primarse más que la antigüedad en los convenios colectivos. Un IVA de, por ejemplo, el 20 por ciento. Y todo lo demás al mínimo.
Pero en las negociaciones sobre el pacto de nunca acabar solo ajustan cuentas para el telediario de esta tarde. Por eso el debate sobre el IVA se convierte en algo superfluo que no va a generar empleo y, además, debilitará aún más el consumo porque pagaremos más IVA, más Seguridad Social, más impuesto de sociedades, más IRPF y más gasto.