Bruselas llega tarde con la LUV
Ha resultado ser como el caso de esos políticos que dimiten porque salen en los papeles acusados de no se cuántas maldades y luego resulta que la justicia los exime de responsabilidades; tal vez porque las pruebas aportadas eran fotocopias de esos papeles. Pero cuando quieren volver a la política ya se las ha pasado el arroz. Lo mismo ha ocurrido con la LUV.
La Ley que parió Blasco para sustituir a la LRAU con ventaja fue condenada a muerte con premeditación y alevosía y ahora demostrada su inocencia se la ha pasado el arroz: el urbanismo valenciano está tocado de muerte. Rafael Blasco está quejoso, pero imaginen como estarán todos aquellos que compraron viviendas para revender, otros que planificaron miles de metros o toda la industria auxiliar o los servicios que aspiraban a vivir del éxito de la aplicación de la LUV.
La decisión de Bruselas permite al ahora conseller de Solidaridad y Ciudadania (menudo nombre abstracto para una consellería de estrategias políticas) sumarse a su propio argumento de culpar al PSOE de la existencia del infierno. Es un aval que le han dado Zapatero y Alarte por su afán inquisitorial. No en vano el candidato Asunción dice que los votos se conquistan sin Gürtel, porque al final llega un Tribunal y deja a los fiscales de papel con el trasero al aire. Por eso Blasco y todo el PP se van a permitir todo tipo de licencias pidiendo responsabilidades al PSOE por la quiebra y el paro en la construcción valenciana, sin necesidad de incorporar la burbuja, el medio ambiente o nuestra propia ambición especuladora.
La maldita crisis ha convertido la decisión europea en un valor político, porque ahora las viviendas son de cajas y bancos fusionados por obligación, los solares son tierra en barbecho y el suelo sigue bajando de precio hasta desestabilizar todos los balances empresariales. Como dicen los expertos en economía en un momento se pasa de la euforia al pánico; y la LUV llegó en el momento oportuno.
El exceso de oferta inmobiliaria y el superapalancamiento financiero de empresas y particulares pudo más que toda la movida contra la LUV. Ahora millones de metros cuadrados están planificados en la consellería de Medio Ambiente de Cotino sin que nadie tenga mayor prisa por ponerse a urbanizar. Solo interesa la reclasificación para que un banco o una caja la acepten como aval para refinanciar el crédito que mantiene latente empresas en otro momento triunfadoras.
Toda la movida contra la LUV hirió al urbanismo valenciano que murió por abusón. Creíamos que hasta los chinos vendrían a comprar apartamentos a Oropesa o Torrevieja y cuando nos dimos cuenta estábamos haciendo un PAI en Tárbena. Hay ciudades y edificios turísticos fantasmas porque todos queríamos especular con un apartamento; no echemos la culpa a los mayores porque todos fuimos pecadores. Al final la solarina fue una enfermedad que afectó a pobres y ricos. Ahora bien, ¿qué hubiera pasado si la LUV no hubiera encontrado escollos? ¡Hasta Columbretes!