El BLOG de una PYME: Ni Olimpiadas ni góticas
La semana vuelve a reconfirmar que el país oficial no se entera de lo que pasa en el país real. Parece ya la historia de las dos Españas. Los datos del paro del viernes por la mañana duraron lo que duraban las conexiones con Dinamarca para saber que Lula es el líder de Sudamérica y no Chavez. Pero a un amigo que ha regresado estos días de China dice que lo mismo le da que le da lo mismo. Estados follados porque no nos queremos enterar de la que se nos viene encima.
Por eso es para calentarse que el Gobierno recurra a sistemas fiscales decimonónicos (subida del IVA y del IBI para castigar el consumo), más propios de la ética católica que de la izquierda socialista. Zapatero no ha leído ni a Max Weber. O nos tenga mareados con presupuestos que va a incumplir, mientras Rajoy se marea en las curvas que van hasta el Parador de Tarancón a verse con Camps. Porque mientras eso ocurre ya hay ochenta mil parados oficiales y más, y lo más importante es que no se ha generado ningún nuevo puesto de trabajo.
Aquí nos encantamos con el pan y el circo, llámense olimpiadas, góticas o trajes de franela a millón la manga. Y mientras tanto desde el Fondo Monetario Internacional hasta la camarera rumana del bar del polígono saben que su jefe mandará bajar la persiana antes de Navidad. ¿No podían preocuparse un poco por generar confianza, apoyar el relanzamiento de nuevos negocios que sustituyan a los agotados de la construcción, el automóvil o el comercio tradicional? De toda la semana lo único que he visto interesante, por el bien de mis hijos, ha sido la propuesta del ministro de Educación, Angel Gabilondo, para conseguir un pacto de Estado sobre el problema más importante que tiene este país. La formación. Mi amigo el que ha llegado de China viene acojonado por eso. En siete años tienen de todo, bueno, bien hecho y con mucho dinero. Y nosotros jugando a las góticas.