El BLOG de una PYME: Busco dinero para nuevo modelo económico

En los últimos meses he defendido un par de proyectos innovadores en foros para fondos de inversión en Valencia, Alicante, Castellón, Madrid y Barcelona. Y lo más llamativo en el caso de la Comunidad Valenciana es la poca concurrencia de emprendedores y el escaso interés de los inversores para copar buenos nichos de negocio. Por decirlo de otra manera: los potenciales emprendedores valencianos quieren ser funcionarios y el dinero quiere rentabilidades del veinte por ciento y sin riesgo alguno. ¿Cambiará así el modelo económico valenciano?

Hay clubs de inversores especializados y bien gestionados. Pero el dinero valenciano está perezoso o es indolente. Pocos se plantean que el mundo está lleno de oportunidades. Por eso todos los intentos de crear semilleros de empresa, microcréditos a la innovación o los planes de competitividad que fomentan el Impiva o Enisa se quedan en eso, en intentos. Amén de que para cumplimentar un proyecto para el Impiva o el CEEI necesitas un master en tareas burocráticas y tener los clientes en la puerta. Menuda ayuda al emprendedor.

Y hay buenas ideas. Las hay desde videojuegos (Akoani Studios) hasta sistemas de control de riego por humedad o de comercio electrónico. Y hasta para gestionar consumibles en una oficina. O nuevos modelos de envase para el vino, con el fin de bajar los costes logísticos. Los emprendedores aportan ideas y modelos de negocio. Pero gran parte de los emprendedores agotan su capital de impulso y entonces hay que ir a buscar más dinero. ¿Dónde está el capital para el nuevo modelo económico valenciano?

Meterse con un banco sin apenas avales es un suicidio. Y si son bancos o cajas valencianas mejor pasas de largo. Solo miran a los cien VIPs con los que están entrampados. Y una vez la familia esquilmada el emprendedor opta por bajar la persiana o hacer un par de rondas buscando capital. Y ahí empieza la dureza de la iniciativa en Valencia frente a la facilidad en otros lugares. Los grandes de la economía bastante tienen con pagar sus deudas y no entienden de otro negocio que el conseguido en los últimos quince años, con márgenes del veinte o el cien por ciento. No ven nichos más allá de su propio negocio aunque estén arruinados. Por eso Cuatretonda y Uría anuncian una Sociedad Cotizada de Inversiones Inmobiliarias que se va a dedicar a comprar activos a miles para quienes solo quieren invertir en ladrillo.

El capital valenciano no se plantea la diversificación. Ni siquiera en la agonía. La consultora KPMG anunció esta semana que la industria del azulejo está condenada a muerte si no se especializa, diversifica sus riesgos y suma empresas. Pero es predicar en el desierto. Por eso, al contrario de lo previsible, hasta las mejores operaciones en la industria agroalimentaria valenciana se hacen con dinero de fuera.

Pero es que en Atitlan, CVBan, ValCapital, Clave Mayor, Pandora, la Sicav de Bancaja (Arcalia Inversiones, con 1.315 millones de €) o muchas otras sociedades de capital riesgo, business Angels o simples family office que hay en la Comunidad Valenciana el dinero no viene solo de los grandes capitales. Al contrario: nuestros ricos Ros Casares, Ger, Serratosa, Boluda, Ortiz, Reig, etc., no salen al mercado. Solo Juan Roig ha constituido una activa sociedad de capital riesgo. La mayor parte de los capitales interesados por las oportunidades son provenientes de patrimonios personales, ahorros de grandes ejecutivos o dinero de calcetín que ya no quiere ir a casas, suelo o bolsa. Aquí hay mucho dinero pero tiene miedo y nadie arriesga. ¿Cómo vamos a cambiar el modelo económico valenciano?

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