¿Rumor o certeza? (la crisis)

Sé que en estos momentos es difícil entender el escrito que voy realizar y más para los que no tienen trabajo, pero podría ser cierto, solo hay que escampar el rumor y es posible que podamos mejorar la economía del país y la maquinaria productiva.

Casi nadie se ha enterado pero el rumor ha empezado a circular en algunos medios de comunicación y en Internet y se va expandiendo discretamente a través de mensajes de móvil, o de boca a oreja, siempre extremando la cautela.

Nadie quiere ser tachado de frívolo y menos de loco. Pero el rumor avanza inexorablemente. Aún son muy pocos los que están en el secreto. Se les ve por las calles o en el metro, cruzando sus miradas con una sonrisa de complicidad. Pero cada vez son más. Llegado a este punto ya no se puede ocultar por más tiempo.

Ciudadanos, la crisis está a punto de terminar. Seguramente los políticos no se han enterado. Tardaron meses en enterarse de que la crisis había llegado y unos cuantos más en admitirlo, cuando ya era un clamor en toda la sociedad.

Tampoco lo saben los economistas y si lo saben lo ocultarán, prisioneros de sus predicciones apocalípticas. Pero los hechos son los hechos. Seguramente lo que hoy es sólo un murmullo, pronto será un estruendo.

Y los periódicos, que por ahora lo ocultan convencidos de que los titulares alarmistas venden más, no tendrán más remedio que abrir sus portadas con la noticia. Se acabó la crisis. Seguramente renacerá la confianza. Los ciudadanos empezarán a consumir de nuevo. Y la bolsa empezará a subir. Los concesionarios de automóviles se llenarán de gente, cambiando los coches viejos que estaban en las últimas, porque tenían miedo a perder el trabajo ya no habrá más ERES. Las cajas y los bancos volverán a prestar dinero.

Empezaremos a cambiar los muebles y electrodomésticos. La construcción empezará a edificar. Todos pensaremos que se acabó la crisis. Y entonces, de verdad, se acabará la crisis.

Es así de simple. Solo es necesario que el rumor se propague. Debemos hacerlo correr.