Los nuevos alcaldes
Pero hay municipios que los alcaldes disponen de buenos sueldos y no están amenazados y su función debe ser diferente a los anteriores.
Hoy en día ser alcalde no es un paso intermedio antes de subir a cargos superiores, sino un objetivo de la mayor importancia.
El mejor alcalde es la persona que tiene a la ciudad como su proyecto político, debe estar vinculado al municipio que quiere gobernar, que lo conozca a fondo y que tenga un historial político en el municipio.
También ha de ser una figura cercana a los ciudadanos y una idea clara de donde quiere que vaya la ciudad.
No debemos pensar que tener una idea de la ciudad no es solo la gerencia de los aspectos básicos como la administración o coordinación de los servicios públicos de infraestructura (agua, drenajes, luz, teléfonos, vialidad, recolección y disposición de basura, etc.) o los de atención al ciudadano (impuestos, salud, educación, transporte público).
Esta es desde luego una responsabilidad esencial, pero precisamente por ser básicos, su satisfacción es un requisito mínimo que debería cumplirse sin que eso forme parte de un programa político diferenciado ni de una postura personal.
Sabemos que a veces ni siquiera ese mínimo se cumple, y por ello sigue siendo tema de controversia, pero a los Alcaldes de una democracia que se quiere renovar y modernizar hay que pedirles mucho más que eso.
Y es a eso a lo que prefiero referirme. Uno de los temas más importantes y parece que pueden quedar olvidados es conservar el patrimonio que tenemos, la conservación y utilización inteligente de lo patrimonial es, hoy en día, una tarea que no se puede dejar en segundo plano y entregarlo a manos públicas.
Si se crearan unas tarifas salariales con topes y reguladas las pensiones de la misma forma que la clase obrera no habrian tantos abusos,