El destino
Podríamos decir que hay personas que manejan nuestro destino, esta afirmación sería muy cómoda para no afrontar la realidad de nuestra vida.
Muchas personas creen que tienen algo que hacer en la vida o que vinieron a la tierra por una razón que ya está programada para que pase no podrán cambiarlo, eso lo atribuyen a una fuerza sobrenatural, a algo o alguien que existe vigilándonos y manejándonos, hay gente que atribuye a esto a Dios.
Si nos dejamos llevar siempre por lo que dice nuestro destino, seríamos como un robot programado y etiquetado con una fecha de fabricación y otra de caducidad, entonces dónde queda el libre albedrío y la libertad de actuar o de pensar, si ya todo está regido, clasificado y destinado… yo creo que las cosas no son tan fáciles de analizar y no puedo hacer o dejar de hacer algo sólo porque mis cartas echadas así lo dicen.
Observamos que nuestro destino que supuestamente ya está determinado, no siempre debe cumplirse al pie de la letra. Nosotros mismos podemos escribir nuestro propio destino y el acontecer diario podría estar determinando el presente y el futuro.
Resumiendo, siembra un acto y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino.
Estimado amigo, a morir seguro. Todo lo demás...