¿Por qué nos cuesta cambiar?
Aquel día se hablaba de porque cuesta tanto cambiar las cosas. Estamos acostumbrados a estar en la misma situación y prolongarla durante mucho tiempo. Me refiero a las que comportan sufrimiento, dificultad e in-certeza.
Entre los tertulianos había un ingeniero argelino y nos explicaba que en el desierto había un camello que solía tomar la sombra en una palmera y se tumbaba sobre una piedra que sobresalía de la arena, por cierto muy puntiaguda que justamente se le clavaba en la barriga.
Un día pasó un camello y le preguntó por qué te tumbas en este lugar que hay una piedra que se te clava en la barriga, el camello le contesto, no me molesta lo suficiente como para cambiar de lugar, entonces la cuestión es que ha de producir el suficiente malestar para crear la necesidad de cambiar.
Una vez dicho esto en la actualidad se están realizando o intentando muchos cambios, bien constitucionales, de velocidad en las carreteras, laborales, sobre el tabaco y constantemente se crea una gran oposición a estos cambios por la incerteza.
Imaginemos una mujer maltratada, muchas veces no comprendemos como que con la dureza que son maltratadas siguen con sus maridos, según un estudio realizado indicaban que era por el miedo a lo desconocido. Seguramente todos los cambios implican renuncias y muchos no quieren cambiarlos por la in-certeza que producen.
Somos reacios a cambiar aunque sea a mejor,la pregunta debe ser ¿a mejor para quien?, seguramente las respuestas serán según la posición en que se encuentre uno personalmente y no buscando el bien de la mayoría.
En esta vida, queramos o no, todo tiene un peaje, el problema reside en si estamos dispuestos a pagarlo
José, en el rimer caso te felicito, gracias ¿Y en el segundo?