Cuando la juventud pierde el entusiasmo y la superación
Últimamente en España nos hemos acostumbrado a que nos subvencionen por casi todo y al mismo tiempo hemos creado en la juventud esta tendencia. Ya que les hemos enseñado a tener de todo sin esfuerzo, simplemente, mi vecino tiene esto y yo también lo quiero.
Actualmente la juventud piensa que el mundo les debe algo, este mundo no existe, ni ahora, ni antes.
El mundo no está hecho para que todos triunfemos. En el mundo real hay que aprender a buscarse la vida. Salir al mundo con papeles llamados títulos muchas veces no es suficiente.
Seguramente suena duro, es cierto, pero es importante entiendan que nadie les debe nada. Si tienen que estudiar, se estudia, si hay que hacer prácticas, se hacen, si hay que trabajar se trabaja.
Han de empezar a pensar que ni la sociedad, ni los padres, ni los abuelos, ni nadie, les debe nada. Todo lo que consigan debe ser fruto de su trabajo, estudios, esfuerzo, conseguidos con entusiasmo y no con resentimiento.
Yo creo que haber dado a la mayoría lo que pedían o necesitaban, sin ningún esfuerzo por parte de los padres y los gobernantes, han hecho una sociedad de (que me lo den todo, y sino que no me hubieran traído al mundo), esto solo jóvenes la mayoría egoístas y sin remordimientos porque creen que se lo debemos.
No quiero decir que no haya juventud que se esfuerce, pero es la inmensa minoría. Seguramente la mayoría de la juventud tiene donde recurrir si las cosas salen mal, pero prefieren no arriesgarse por si las moscas, porque tienen cama, comida y los gastos pagados y claro una ganga así cualquiera la rechaza.
Lo que realmente les hemos quitado es el estímulo y la superación. Los jóvenes se preguntan en estos momentos, aunque estén capacitados, esto no implica que tengan mejor posibilidad de trabajar ya que el mercado y las empresas exigen más capacidad pero para trabajos con muy poca destreza, lo que demuestra el quiebre de la sociedad del trabajo y se empiezan a preguntarse cuál es el trabajo para los jóvenes. Ni ellos ni nosotros lo sabemos.
No creo que a los padres, fundamentalmente, sino a la sociedad, y al sistema educativo primordialmente. En vez de despertar el estimulo por el trabajo, y el espiritu de superacion, permitimos que pasen de curso con bvarios suspensos, se otorgan becas con una notas que en nuestra epoca hubieran sido ridiculas, y han dejado la excelencia a un lado, para caer en la vulgaridad. Simpre habra jovenes responables y estudiosos, pero ciertamente los Planes de Estudios tanto en Primaria como especialmente en secundaria y Bachiller, se han relajado de un modo alarmante, y esa falta de exigencia, viene contratada con las muchismas exigencias que presentan los jovenes ante sus padres y educadores, expoliando a los primeros y maltratando a los segundos con total impunidad. Si en mi época estudiantil, se nos hubiera ocurrido agredir a un educador, sabiamos que nos esperaba el destierro educacional y el desprecio social. Hoy no pueden ni enviarles "al rincon de pensar", para no traumatizar