Contradicciones de la felicidad
Hoy en día, como en el pasado, dentro de un país en un momento dado, aquellos con ingresos más altos son, por lo general, más “felices”. Sin embargo, el aumentar los ingresos de todos no incrementa la felicidad de todos. Esto se debe a que las pautas materiales en las que se basan los criterios de bienestar aumentan en la misma proporción que los ingresos reales de la sociedad.
Un sencillo y pequeño experimento puede transmitir el razonamiento básico. Imagine que sus ingresos aumentan substancialmente mientras que los de los demás se congelan. ¿Se sentiría usted más cómodo? La respuesta que la mayoría de la gente diría es "sí". Ahora suponga que sus ingresos se congelan mientras que los de las demás personas aumentan substancialmente. ¿Cómo se sentiría? La mayoría de la gente diría que se siente menos cómodo. Esto se debe a que los criterios de bienestar personal se realizan comparando el estatus objetivo de cada uno con una pauta subjetiva del nivel de vida, que está significantemente influido por el nivel de vida medio de la sociedad como un todo. Si el nivel de vida aumenta de forma general, las pautas subjetivas del nivel de vida aumentan. El individuo cuyos ingresos permanecen sin cambios se siente más pobre, aún incluso cuando sus circunstancias objetivas sean las mismas de siempre. "Una casa puede ser grande o pequeña; mientras que las casas de los alrededores sean igualmente pequeñas, ésta satisface todas las demandas sociales para una vivienda. Pero si se alza un palacio justo al lado de la casa pequeña, ésta se reduce a una cabaña".
La mejor defición de felicidad la dió Groucho Marx: "Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…" Saludos