Construir una historia (La idea, el papel y el lápiz)
Escribir es un arte, siempre que se trate de crear, aunque hoy en día casi todo está escrito. Para mí siempre ha sido difícil escribir ya que mi procedencia es técnica y siempre planteo los escritos con el mínimo de palabras y por cierto suelo expresarme muy mal y con muchas faltas de ortografía.
A sabiendas que lo primero con que se tiene que contar no es el papel y el lápiz, sino 'la idea', la base para construir una historia, un relato, un hecho, un cuento... Siempre comenzaremos titulando el escrito, o bien teniendo una idea de la base a desarrollar y también imaginación.
Después iniciaremos el relato intentando no tan sólo situar el lector sino también provocando o captando su interés para el seguimiento de la lectura. A continuación se tiene que mantener la luz encendida, porque el lector no se aburra o canse. El desarrollo de la escritura tiene que ser como cuando se pinta un cuadro, embelleciendo su contenido, aprovechando la riqueza del lenguaje, aportando matices; y la calidad literaria tiene que ser animada, no tan sólo porque la literatura llegue al lector, sino para que el mensaje argumentado por el escritor se haga entendedor.
Hay aficionados a la escritura como yo que siempre traemos lápiz y papel, y a veces también anotamos todos los pensamientos, vivencias o argumentos puntuales que nos pasan por la cabeza, o cuando vemos algo que nos llama la atención, apuntándolo a continuación en un trozo de papel, una servilleta o en el diario que estamos leyendo, etc. Si no se hace así, la musa se nos va, y después cuesta mucho recordar, especialmente cuando ya no somos tan jóvenes.
Lo que importa es el motivo, la base, la idea o la espuma. El impulso que en aquel instante nos sirve para construir un relato: nuestro escrito. Al escritor le acompaña el espíritu crítico apoyándose en la libertad de expresión y la democracia. La mayoría de escritores se expresan mejor escribiendo que hablando; por un lado, escribiendo tienen más tiempo para elegir la expresión y el texto adecuado.
También luce más el escrito porque, si hace falta, se puede rectificar. Además, hay escritores que tienen la virtud de potenciar la musa creativa mediante la escritura, especialmente porque disfrutan haciéndolo. La palabra dicha se 1a lleva el viento o se olvida. Además, se llama tal como sale, sin preparación previa. Un ejemplo sería el cine y el teatro: El teatro es en directo y si hay algún error ya no se puede rectificar. En cambio, el cine es retocable, igual que la escritura. También existe la escritura programada que se basa en una serie de datos o conocimientos empíricos, si es el caso, añadir- nuestros juicios de valor porque, aunque intentamos ser objetivos e imparciales, difícilmente lo conseguiremos, debido a que cada pluma tiene su tendencia, su criterio.
Tal como dice Ramón de Campoamor "Nada es verdad o mentira, todo es según el color del cristal en que se mira". La razón o la verdad son efímeras. Una botella puede estar medio vacía o medio llena, y las dos afirmaciones son verdad, pero dependiente de la pluma, la tendencia será negativa o positiva. Sin ir más lejos, incluso a las noticias diarias se puede constatar que a diferentes canales televisivos que hablen sobre una misma noticia, según como la den se puede entender muy diferente.
Siempre hay que tener en cuenta que el objetivo principal, es gustar e interesar al lector. También, la edad del escritor es un elemento a tener en cuenta, puesto que el experiencia las vivencias y los sueños ayudan a escribir. Por lo tanto, tenemos el escritor aficionado, el escritor casual y el escritor profesional que se pone delante de su mesa de trabajo y si no tiene nada preparado suelta la imaginación para conseguir su objetivo, el trabajo hecho. Yo me considero aficionado. Hay muchos tipos de escritura y muchos maestros del arte de escribir. España ha sido un ejemplo a lo largo de la historia; la Edad de Oro de la literatura lo demuestran claramente, y otras generaciones también
Yo, como un simple forofo que zoco, con todo respeto y humildad me atrevería a decir que el escritor que consigue captar la atención del lector es el mejor aplauso que le pueden dar porque, a medida que va avanzando, lejos de aburrir o cansar, incrementa su interés hasta el punto que el lector procura no pararse para no perder el hilo de la aguja y con ganas de saber cómo se acaba. En la misma medida que el lector disfrute de un texto, al mismo tiempo el escritor habrá conseguido su objetivo: gustar o cuando menos entretener a su público lector.
Tengo la sensación que me haría muy feliz, aunque fuera desde el país del Nunca Más, ver a mis nietos ensayando el arte de la escritura, que yo seguramente nunca lograré.
Yo apunto que considero la escritura como un acto de libertad que permite transmitir, reflexionandolo mas o menos, lo que uno piensa. Compartir eso, con otras personas que podran estar o no de acuerdo, es regalo impagable, como divertido (para mi muy divertido e interesante) es reflexionar sobre lo que otros opinan sobre lo escrito.