La Constitución ¿para qué sirve?

Parece ser que el presidente Rajoy está en contra de la consulta catalana y todos sus argumentos están basados en la Constitución. Seguramente la Constitución permite que los gobiernos realicen reformas de toda índole en perjuicio de los ciudadanos, para muestra ver las reformas de la ley de dependencia, el paro, copago, reforma laboral, IRPF, IVA, jubilaciones, etc.

El problema está en qué se entiende por ciudadanos.

Podemos ser “ciudadanos” para ir al fútbol, al cine o a la playa juntos, pero no lo somos en la política ni en el reparto de las riquezas.

En la política es la propia burguesía quien escribe la Constitución y sus normas para su beneficio propio, y en el reparto de la riqueza es la burguesía quien marca las diferencias de clase al apropiarse de la plusvalía del trabajador, la parte del león, dejando las migajas al proletariado, y deshaciéndose de él cuando ya no es productivo.

Me parece importantísimo incidir en este aspecto del conocimiento del hecho de las clases sociales y de su incidencia política en la sociedad, puesto que es de tal envergadura que su consideración o su desconocimiento en la elaboración del contenido de la Constitución va a condicionar totalmente la naturaleza de ella, que sea equitativa y justa o que sea sectaria e injusta, es decir que esté al servicio de una minoritaria casta privilegiada o de la inmensa mayoría de la sociedad pues va determinar quién o quiénes y en qué medida serían los destinatarios beneficiados de las ordenanzas de la carta magna.

Y hablando ya en términos legales y democráticos, para la configuración de una Constitución imparcial lo lógico sería que los representantes políticos de los intereses de las clases sociales, comunidades, nacionalidades etc. fuesen los que elaborasen y redactasen, entre todos, esa Constitución en consenso.

Muchos no estarán conformes en modificarla y adaptarla a los nuevos tiempos, seguramente será porque les beneficia políticamente.

Ya se empieza a aceptar que hay que cambiarla, porque supuestamente contempla una serie de derechos que en la realidad no se garantizan.

Pero también están seguros que no sólo sirve con cambiar la Constitución, sino que hay que abrir un proceso que vaya más allá, hacia un modelo social y político diferente.