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Per José Megias Vergés
La Columna de Jomeve - RSS

Mi amigo el bolígrafo

    Todos o casi todos que escribimos en columnas de opinión tratamos con más o menos acierto interesar o transmitir a los posibles lectores una reflexión o una critica sobre algún tema, bien sea de la vida, de la política u otro tipo de tema

    Hoy he querido escribir de un tema que a mi parecer es banal, pero a su vez interesante, me refiero al bolígrafo.

    Este accesorio o elemento me ha acompañado durante muchos años de mi vida laboral y hoy he querido hacer una alusión sobre el .Seguramente no quedara bien parado ya que no pienso hablar bien de este compañero de viaje.

    En mi despacho, antes y actualmente en mi escritorio tengo más de diez bolígrafos y lápices, supongo que como yo muchos de ustedes también lo tienen

    No es la primera vez que me ha ocurrido y supongo que tampoco sera la ultima. Voy a contarle unas tantas anécdotas sobre el bolígrafo.

    Estaba sentado tranquilamente en mi mesa de trabajo, cuando suena el teléfono..... , lo cojo y me dicen que un cliente desea una información técnica....; póngame con el Sr., le digo a la centralita. Oigo una voz que me saluda y me dice soy fulano de la empresa tal. Iniciamos la conversación y mientras me hace las preguntas yo voy realizando dibujos en el papel, unos cuadrados, unos árboles, rayas inclinadas etc. Transcurrido el tiempo de conversación, pregunto, me podría dar sus datos. Aquí empieza el problema, el bolígrafo no escribe-!hostia!..., le digo al señor, espere un momento, hago una seña al compañero que tengo mas cerca y le indico que me traiga algo para escribir, se acerca y me deja otro bolígrafo, inicio de nuevo y le digo repítame sus señas, el señor me empieza a dar los datos y cuando me indica el numero de teléfono al tercer numero deja de escribir por culpa del papel o de la parafina o yo que se, pero para no dar la nota, sigo escribiendo fuerte, para mas tarde con un lápiz, rayando sobre el papel poder ver lo que he escrito. El problema no queda aquí, es que después de terminar de escribir vuelvo a guardar el bolígrafo en el bote y esto es lo que pasa, que seguramente tenemos un valor sentimental con este elemento que no nos permite tirarlo a la basura. Espero que muchos se hayan identificado con este tipo de problema anecdótico, pero real.

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    comentaris 2 comentaris
    RR
    RR
    24/01/2011 10:01
    viva el grafito

    Yo prefiero los rotuladores de punta fina (si son de buena calidad no dejan bolitas de tinta), o mejor aún, el lápiz! Me relaja sacarle punta de vez en cuando. En realidad no soporto ver un lápiz de punta roma o gorda y madera roñosa. Siento el impulso irrssistible de sacarle punta y aspirar el aroma de su maderqa recién pelada. Supongo que un siquiatra tendría que decir algo al respecto. Peor que el boli era la estilográfica: no te podías fiar porque podía mancharte la chaqueta o el bolsillo donde la llevabas prendida. Por no hablar de los tinteros y de la escritura con plumilla de mi más tierna infancia ...

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