Una legislatura perdida para el campo valenciano
El Debate de Política General ha supuesto el pistoletazo de salida de la precampaña electoral que finiquita una Legislatura perdida para la sociedad valenciana en general y para el mundo rural en particular. Una Legislatura que ha puesto de manifiesto quien era la hermana pobre de las políticas del tripartito. Otra vez la izquierda ha vuelto a relegar el campo valenciano en sus prioridades. El tacticismo y los peajes políticos del gobierno de perdedores han denostado una vez más, a aquellos que arrimaron el hombro en los momentos más duros de la crisis, tirando de la economía. Y es que nuestro sector agroalimentario ha sido fundamental para tirar del carro estancado en el cenagal en el que nos metieron las nefastas políticas del ZPSOE.
Una Legislatura que ha hecho caso omiso a las vehementes advertencias de una de las voces más autorizadas del campo valenciano. Cristóbal Aguado en su comparecencia en les Corts a principios de Legislatura decía una frase lapidaria: "lo prioritario, lo primero que hay que hacer, es atender al que está en peligro de muerte". Reclamaba y sigue reclamando una eficaz y efectiva Política Agraria Valenciana, con la que poder hacer frente a los graves problemas que afectaban entonces y ahora a nuestro mundo rural. Crisis de rentabilidad, desarraigo y abandono de explotaciones, competencia, retos y peligros del exterior en un contexto global que provoca una indefensión que lastra las expectativas y la esperanza de futuro de nuestros agricultores, que han visto en la política sectaria del Consell, un ariete demoledor que amenaza la propia supervivencia de un modelo de vida.
Frente a ello, desde el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso hemos establecido una firme y decidida defensa de los intereses en el ámbito de nuestras competencias. Hemos buscado una interlocución fluida con el sector, hemos estado con ellos y hemos vuelto a demostrar que el verdadero defensor de los intereses del mundo rural ha sido y es el Partido Popular.
Nuestra Comunidad lidera el ranking de abandono de explotaciones, de pérdida de superficie de regadío, mientras vemos como aumentan en el resto de España. Con más del 30% del territorio afectado por la despoblación, con una meteorología que golpea de forma inmisericorde nuestra tierra, con una falta de agua que seca el ánimo de nuestros agricultores y ganaderos, con los perniciosos efectos de las plagas, la complejidad del mercado global, etc, el eslabón más débil de la cadena alimentaria, el productor, debe sentirse arropado y protegido por aquellos que tenemos la obligación de defender sus legítimos intereses.
En este sentido, el flujo de iniciativas parlamentarias en el Congreso ha sido constante. Desde la demanda de bonificaciones fiscales, hasta la defensa de la agricultura mediterránea en el escenario de la nueva PAC, pasando por la exigencia de medidas para contrarrestar el abandono de explotaciones, a la exigencia de incluir nuestras Comarcas de interior en el Plan de Territorios Inteligentes, dentro de ese apoyo explícito a la Serranía Celtibérica Valenciana para garantizar la sostenibilidad de nuestro mundo rural.
También hemos y estamos defendiendo sus intereses planteando iniciativas para luchar y mitigar los efectos de la Xylella, y del trips de la orquídea, para impulsar el cultivo del algarrobo en nuestro piedemonte. Proponiendo la puesta en marcha de un seguro piloto de ingresos basado en los costes medios de producción, tan demandado por el sector citrícola, así como la exigencia a las autoridades europeas de apoyar y defender al sector citrícola español y europeo ante la entrada de cítricos de terceros países. Al igual que con el sector del arroz, afectado por las importaciones del sudeste asiático, o la Chufa con la que viene de África. Iniciativas contra la venta a pérdidas o exigiendo medidas efectivas ante los daños de los temporales y en defensa de nuestra tradiciones vinculadas al mundo rural.
Todo un paquete de medidas que conjuntamente con nuestro Grupo en les Corts Valencianes han buscado dar voz en sede parlamentaria a todo un sector que una y otra vez se sentía ninguneado. El discurso del President Puig certificó ayer ese distanciamiento. Otra vez la dialéctica de futuribles anuncios ensombreció cualquier halo de esperanza, mientras el campo valenciano demanda acciones efectivas y no efectistas titulares, porque ya no queda margen de tiempo para elucubraciones.
Una Legislatura perdida y otra decepción para toda esa bona gent que de sol a sol, riegan con su sudor esta fértil tierra que necesita menos ideología y más soluciones.