España adelante
La semana pasada el Partido Popular sacaba adelante el acuerdo sobre los Objetivos de Estabilidad Presupuestaria y de Deuda Pública para 2018-2020. Toda una demostración de ese espíritu colaborativo mandatado por las urnas, que ya se puso en valor con la aprobación de los PGE/2017. Ahora lo volvemos a demostrar con este acuerdo de vital importancia para España. Un acuerdo que permite afrontar con garantías la elaboración de los PGE/2018 a partir de septiembre. Pero lo más importante es que detrás de los fríos números y porcentajes, está esa apuesta por las personas como acción prioritaria en estos momentos de consolidación del escenario económico.
El techo de gasto de 2018 sube el 1,3 % respecto al de 2017 hasta los 119.834 millones de euros. Un aumento del techo de gasto de 1.497 millones más respecto a 2017, con lo que situaremos el déficit público en el 2'2%. Una mejora donde las CCAA salen beneficiadas, pudiendo destinar más recursos a mantener el gasto social. Todo un ejercicio de responsabilidad, que pone el acento en las personas con hechos y no meras declaraciones.
Un acuerdo que nos permite trabajar en unos presupuestos para 2018 que contemplarán no solo un aumento de los salarios de los funcionarios sino también, una mejora de las rentas más bajas a través de una bajada del IRPF.
Montoro anunciaba desde la tribuna del Congreso que España afronta la "mejor oportunidad de crecimiento económico de su historia", ya que el apuntalamiento de la recuperación nos está llevando "al mejor escenario económico que ha tenido nunca la economía y la sociedad española ante sí". La medicina reformista aplicada por el Partido Popular para sacarnos de la crisis, con las reformas laborales, financiera, energética o en las Administraciones Públicas ha llevado a conseguir un crecimiento económico del 3 %, más del doble que la media de la UE. Una política presupuestaria centrada en la lucha contra el déficit público, lo que nos ha permitido compatibilizar esa reducción del déficit con el crecimiento de nuestra economía y la generación de empleo.
Como bien decía la vicepresidenta Soraya Sáez de Santamaría, los parámetros de crecimiento que estamos estableciendo no los habíamos tenido con anterioridad. Una buena prueba de ello es el dato del 6'5% de crecimiento en la exportación de bienes y servicios, una cifra inédita de crecimiento que confirma la solidez y fortaleza de nuestro tejido empresarial, pequeñas y medianas empresas que han apostado por la internacionalización. O las más de 670.000 personas afiliadas a la Seguridad Social el último año. Todo con el objetivo de llegar a los 20 millones de personas trabajando en 2019 y superar esa cifra en 2020, una garantía imprescindible para la sostenibilidad del sistema.
Los últimos datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) revelan que los contratos firmados en el primer semestre del año han batido un récord histórico: 10,5 millones de enero a junio. Este dato supone que se han suscrito casi 58.000 contratos de trabajo cada día, una muestra del fuerte crecimiento económico que no podemos desaprovechar. En el primer semestre de 2016 se sellaron 9,4 millones de contratos, y el año terminó con una cifra récord. La cifra de 2017, además, supera todos los contratos que se firmaron hace 20 años, en 1997: 10 millones de contratos.
La cifra más elevada de beneficiarios con prestaciones de dependencia. 889.034 personas beneficiarias de la Ley de Dependencia reciben prestaciones. El número más elevado desde la entrada en vigor de la ley. Y un sistema sanitario envidiado en el mundo, más universal y de máxima calidad. 800.000 tarjetas sanitarias más que en 2012 y 2'3 millones de personas que no tienen que pagar sus medicinas. Un 7% más de pensiones contributivas que en diciembre de 2011: 9,5millones. Más pensiones que nunca y con mayor poder adquisitivo.
Es el momento de seguir perseverando en políticas para las personas, apostando por lo que ha funcionado para seguir reduciendo el déficit público, por seguir impulsando el crecimiento económico, la creación de empleo y así poder blindar esa costosa pero necesaria sociedad del bienestar. Porque crear empleo es la base de una verdadera política social.
