¡Que tiempos!

Lo que hoy quiero destacar en este artículo, es la visita de los Alcaldes de Paris y Londres a nuestra Ciudad, bajo la Alcaldía de D. Joaquín Urios.

El acto multitudinario, que yo no puedo recordar, concentró a un número muy importante de ciudadano/as, y que podemos comprobar en la fotografía tomada en la calle de San Vicente en su confluencia con el Camí d’Onda.

No obstante no recordar, por mi corta edad, qué era lo que se cocía con la visita de tan ilustres personajes, lo que si deduzco es que, viendo la foto, algo tuvieron que ver los socios del Club Ortega y los Comerciantes del Círculo Frutero y, por supuesto, aquel eslogan de Burriana, Paris y Londres.

Esta foto me ha recordado el viaje “relámpago” que hicieron los falleros del Club Ortega para recorrer, creo que en 24 horas, y saliendo desde Burriana, las Ciudades de Paris y Londres.

También ellos consiguieron una participación importante, y es que, independientemente de la crisis que nos invade en la actualidad, siempre en nosotros impera ese espíritu emprendedor.

Si ampliamos la foto, podremos ver en ella, además de los Alcaldes de Burriana, Paris y Londres, a las “máximas autoridades” de la época, esto es, la Guardia Civil; la Policía Municipal y “Pachón”. ¡Si, si, Pachón!, “o sea, el famoso “Vicente Cervera” que, entre otras actividades, era muy conocido por aquellas de repartidor de programas de cine; portador de partituras de la Banda de música de la época, “agranaor” de calles y plazas de la Ciudad y, la más importante por supuesto: La de “Perrero”, con aquel carro de madera tipo barraca Valenciana y el famoso “llaç”, que si no recuerdo mal, tenía una empuñadura de madera, un tubo de metal y la cuerda que al estirarla desde la empuñadura, sujetaba al perro por el cuello, o vaya usted a saber por dónde. Todo dependía del miedo que el “perrero” le pudiera tener al “animalito” que se le ponía delante, ya que, previamente al “lanzamiento”, no podía saber si se trataba de “un gos rabiós”, o de algún “lulú” abandonado a su suerte y sin refugio para cobijarse.

Podrán comprobar en la foto a mi buen amigo Serafín Guinot, a quien, a pesar de ir acompañado de su padre, se le quedó la boca abierta, no por miedo a que “Pachón” le echara el lazo, sino al comprobar que, con apenas ocho o nueve años de edad, ya tuvo que ir, durante toda la comitiva, “delante” de la Guardia Civil, y esto, en aquella época, era peligrosísimo, aunque justo es reconocer que fue así como, algunos jóvenes, empezaron a conocer el tamaño de “sus partes”, esto es, ¡Con corridas y más corridas, delante de la Benemérita!

Teniendo en cuenta que Serafín, como ya hemos dicho, no tendría más de nueve años, esta foto debe estar tomada entre los años 1.952 y 1.954, por lo que no es de extrañar que la calle San Vicente no estuviese pavimentada y tuviera más baches que una pista de “moto-cros”.

Como allí vivía mi buen amigo Santiago Ríos, me gustaría, si lo recuerda, nos diera más información sobre el evento que quedó plasmado en esta foto, porque yo, independientemente de reconocer en ella a mi buen amigo Serafín; a su papá, a quien por cierto le tocó la” Lambretta” en un “sorteo” de la Tómbola de Caridad, sorteo que se hacía para los premios “mayores”; a D. Juan Corell (el punxador) a quien podemos ver con sombrero detrás del policía local y, por supuesto, al alcalde D. Joaquín Urios, únicamente recuerdo de aquella época, las veladas de baile que tenían lugar delante del “Pabelló de la música”, en donde, un joven Pepe Nebot, deleitaba con sus canciones a los que allí acudían a escucharle y a “pegarse el lote” con algún bailecito. ¿Quién no recuerda a Pepe Nebot, cantando aquella canción de “Pregonero”?

Recuerdo que, en ocasiones, mis padres me llevaban allí, y mientras ellos hacían algún baile, (mi padre era poco “ducho” en ese “arte”), yo me tomaba un refresco sentado en aquellos famosos bancos de piedra que desaparecieron con el tiempo. ¿Alguien sabe de ellos?

Para mí, esta foto que me proporcionó mi buen amigo Serafín Guinot, no tiene desperdicio. Es una foto típica de la época.

Sería interesante que alguien que pueda leer este corto artículo y que recuerde el evento recogido en la fotografía, ampliara la información que yo, lamentándolo mucho, no he podido dar. No obstante, quiero, con este pequeño aporte, dejar constancia del poder de convocatoria que tenía en algunos tiempos nuestra Ciudad.
Por mi parte, y reproduciendo unos versos que me solicitaron los componentes de la Falla del Club Ortega, quiero dejar constancia en este artículo, de aquellos que compuse para hacer referencia a ese carácter “fanfarrón” que siempre nos ha caracterizado, y que me inspiró ese Burrianero vecino mío, que dice que canta “com un pollastre”, aunque les puedo asegurar que yo, todavía no lo he oído cantar ninguna mañana. Este amigo, que presume de ser un gran Burrianero, y que reconozco que lo es, acude a cortarse el pelo, de forma asidua, a una Peluquería de nuestra Ciudad, y ello, a pesar de que vive en Paris.
Los veros dicen así:

Un Burrianero en Paris,
quan li creix el pèl demana
que el barber li guarde torn
per tallar-sel en Burriana.

Foto cedida por mi buen amigo Serafín Guinot Feliu, a quien vemos con la boca abierta al lado de su padre.