El Registro Civil de Burriana
Desde que por esas circunstancias que nos depara la vida, he vuelto a "vérmelas" con el Registro Civil de nuestra Ciudad, me doy cuenta de lo poco que se conoce, por una mayoría de los ciudadanos, esta "colección de tomos" que desde 1.871 viene recogiendo una serie de información que permite, a cada uno de nosotros, conocer nuestros orígenes, con independencia de otras circunstancias que se recogen en las actas, y que van totalmente ligadas al nacimiento.
Es curioso poder hacer el seguimiento de nuestros orígenes desde el año 1.871 hasta nuestros días, aunque nunca dejó de sorprenderme lo que me contaba el Sr. Montoliu sobre lo que tuvo que pasar para poder salvar de "la quema" esta joya, en el año 1.938.
La Memoria Histórica debe servir para todo y para todos, y es para explicar el por qué de mi opinión en este sentido, donde me referiré a la labor del Sr. Montoliu.
En los cinco años que coincidí con el Sr. Montoliu en el Juzgado de Distrito de Burriana, él como Oficial Habilitado y Secretario en ocasiones, yo como Agente Judicial, tanto en aquellas medio derruidas dependencias del Convento de la Merced, como en el reconstruido edificio del Ayuntamiento, igualmente desaparecido, me llamaban la atención ciertas actas que, tanto de Nacimientos como de Matrimonios, inscritas mayoritariamente en el año 1.937, cuando Burriana todavía se mantenía en zona Republicana, fueron anuladas por medio de un simple DECRETO dictado cuando ya las tropas franquistas entraron en la Ciudad.
Previamente a dictarse dicho Decreto, el Registro Civil, que en sus tres Secciones (1ª Nacimientos) (2ª Matrimonios) (3ª Defunciones), únicamente da fe de quienes somos, con quien nos casamos y cuando fallecemos, quiso ser destruido por quienes al verse forzados a abandonar Burriana en Enero de 1.938, pensaban que el mantener "vivo" el Registro Civil, podría ser contraproducente.
El Sr. Montoliu, con quien mantuve una relación que podríamos considerarla como de maestro y discípulo, hasta su fallecimiento a los 97 años de edad, bregó para convencer a aquellas gentes que aquello que querían destruir era algo que a nadie comprometía, sino todo lo contrario.
Debió ser el buen carácter del "Sinyo Francisquet" y su poder de convencimiento, el que libró de la "quema" aquel bien tan preciado como es la gran cantidad de Tomos que componen el Registro Civil de nuestra Ciudad, en el que podemos encontrar, además de los propios datos de un nacimiento, un casamiento o una defunción, otras notas marginales que no tienen desperdicio, y que hoy, después de 144 años, se mantienen "vivos" gracias al Sr. Montoliu. Es mi opinión.
Al referirme al Registro Civil de nuestra Ciudad, no podría obviar la gran labor del Sr. Vicente Devis, primer Juez de Paz de nuestra Ciudad, quien consiguió, por medio de su gestión, realizar la nueva encuadernación de los tomos más antiguos.
Hace unos días he leído la noticia referida a que al primero de los Alcaldes de la democracia, el apreciado Juan Canós Safont, se le ha abierto una calle en nuestra Ciudad, circunstancia que comparto por cuanto Juan era una persona a la que yo consideraba y apreciaba, aunque mi coincidencia con él nunca fue en la política, sino más bien ejerciendo yo como Presidente de los Antiguos Alumnos Salesianos y él como Alcalde y Antiguo Alumno. Enhorabuena por esta iniciativa.
Aprovechando estos comentarios me pregunto ¿Se merecería la figura del Sr. Montoliu, el que nuestra Ciudad le dedicara una calle con su nombre?
Espero que, al menos, lo estudien aquellos que pueden decidir sobre el particular.
Gracias, Axiamo. Uno también duerme mejor sabiendo que a la gente le gusta aquello que publica solo por afición. Seguiremos contando historias y me tienes a tu disposición para aquello que precises conocer de tus antepasados en el Registro Civil.