¿De qué presumen?

Por mi condición de antiguo alumno del Colegio Salesiano de Burriana, recibo en mi domicilio y de forma mensual, el Boletín Salesiano.

Mucha gente podrá pensar que los artículos que se recogen en dicho Boletín pueden seguir una tendencia que nada podría tener de común con todo aquello que últimamente ha desarrollado el partido en el poder. Pero nada más lejos de la realidad.

Hace unos meses, me congratulaba y hacia propia la opinión de uno de los Salesianos que, con buen criterio y mejores argumentos, se manifestaba indicando que la Educación para la Ciudadanía (EpC) en manos de buenos educadores, puede ser un instrumento magnífico para la educación integral de los jóvenes.

Unos meses después me ha venido a la mente aquel artículo, al escuchar, con verdadero estupor, a ciertos políticos que, utilizando un vocabulario totalmente agresivo y disparatado, nos quieren vender algo que nunca van a conseguir.

Yo entendería que, en cada partido, se defendieran sus ideales, pero de ahí a que, para defenderlos, lleguen al insulto personal y se tachen de todo aquello que, dicho cara a cara en un callejón en el que no se encontrasen más que los propios “contendientes”, pudiera producir algo más que una “agresión dialéctica”, me tiene “mosca”, y me da a entender que la EpC, no la practica ni quien la defendió para sacarla a la luz.

Es entonces cuando uno piensa en lo confortante que resulta encontrar Salesianos, u otros educadores, que opinan que la EpC puede ser un magnífico instrumento para la educación integral de los jóvenes, máxime si ésta está en buenas manos, teniendo en cuenta además que, en cada centro, sea o no Católico, pueden adaptarla a su ideario educativo y así, la asignatura, puede convertirse en un privilegiado marco que, en relación con otras asignaturas, haga un aporte, hoy muy necesario, a la educación integral de los chavales.

¡Gracias Josan Montull! Gracias por enseñarnos el lado bueno de la educación, llámese como se llame la asignatura.

Cuánto deberían aprender de los buenos educadores, esos políticos que incluso han promulgado la Ley, por cuanto, para obtener el poder, no tienen vergüenza de dejar al descubierto sus carencias educativas, tachándose de todo aquello que les viene en gana, sin pararse a pensar que, en ocasiones, son un mal ejemplo para los más jóvenes.

Y lo malo es que PRESUMEN que son la “especie” más preparada para llevar adelante un País o una Nación y además pretenden convencernos de ello.

Que buena respuesta dio a su padre aquel hijo que con nueve o diez años, completó el puzzle de aquel mapamundi que su propio padre le había entregado para que no le molestara, pensando que tardaría tres o cuatro semanas en completarlo, cuando al preguntarle que cómo había tardado solamente media hora, le contestó:

“Aunque todavía por mi edad no conozco el mundo, si que advertí, cuando me lo entregaste, que por el reverso de sus piezas se adivinaba la silueta de un hombre, por lo que me limité a componer al hombre y con ello se arregló el mundo”.

Dediquemos pues nuestros esfuerzos a componer al hombre por medio de una buena educación, adaptando las asignaturas, como dice Josan Montull, a lo que son en realidad y sin ningún tipo de adoctrinamiento y con ello conseguiremos hombres verdaderamente preparados para arreglar el mundo, aunque las asignaturas se llamen Educación para la Ciudadanía.