Increíble pero cierto
Nunca, que yo recuerde, había creído en la existencia de las Brujas, aunque es de suponer, que miedo si las tuve en alguna ocasión, por aquello de verlas montadas en una escoba volando por los tejados. Ahora, aunque sigo sin creer en ellas, si que acepto aquello que dicen los Gallegos de que “Haberlas Hay-las”. Y ¿Por qué?
Recordemos mi artículo titulado “UNA FUNCION NATURAL”. De forma totalmente desenfadada comentaba cierto hecho ocurrido en la Consellería D’Hisenda de la vecina y hermana Ciudad de Vila-Real.
Este artículo fue publicado el día 26 de Junio ppdo. Hasta este momento nada de particular, pero analicemos los hechos que me han sucedido a partir de ahí y recordemos la fecha del 26 de Junio.
En Junio de 2006 como todo ciudadano que se precie, confeccioné y presenté las declaraciones de Renta correspondientes al Ejercicio del 2005, tanto mía como la de mi esposa las que, por compensación, arrojaban un saldo a nuestro favor de unos pocos Euros.
Transcurrido un año, esto es, en Mayo de 2007 todavía no nos habían devuelto el montante a nuestro favor que resultaba de aquella compensación que teníamos solicitada y por más que comprobásemos el estado en que se encontraban dichas declaraciones de renta, siempre salía aquello de que, “su declaración se encuentra pendiente de repasar”, o algo parecido.
Ya cansado de hacer el seguimiento de las dichosas Rentas, me despreocupé de conocer el estado de las mismas y, ¡Mira tu por donde!, el día 28 de Junio acudí al Banco y aunque no podría concretar para que, aunque casi con toda seguridad sería para “sacar”, toda vez que de “meter” ya se encarga la Empresa para la que trabajo, pude comprobar que, con fecha 27 de Junio, esto es, un día después de que saliera publicado mi citado artículo, me había sido abonada aquella cantidad que, por la renta del 2005, resultaba a nuestro favor. ¡Ah!, eso sí, incrementada con los intereses de demora correspondientes.
Recordarán que, en mi artículo, indicaba que aquel día en Hacienda recibí un trato exquisito y que además me habían sido devueltas todas las pertenencias detectables que había depositado en aquella pequeña cajita azul que me había entregado la Guarda Jurado y que por unos segundos hicieron desaparecer de mi vista.
Teniendo en cuenta lo sucedido con posterioridad, está claro que me equivoqué en cuanto a lo de las devoluciones se refiere.
No obstante estoy seguro que, aquel día que estuve en Hacienda, nada dejé olvidado en la cajita azul que me fue entregada por la Guarda Jurado. Lo que pudo haber ocurrido es que, al leer mi artículo, alguno de los funcionarios se diera cuenta que yo estaba equivocado, pues de mis pertenencias también formaba parte aquella cantidad que todavía no me había sido devuelta, por lo que, sin demora alguna y con ánimo de que yo no quedara en ridículo al manifestar que todo me había sido devuelto, se apresuró a abonarla en mi cuenta.
¿Fue algún funcionario que comprobó mi error al leer el citado artículo, o tal vez fue la Bruja que a mi me toca en suerte, la que en esta ocasión quiso echarme una mano?
Sea lo que fuere, lo cierto es que ahora, puedo decir con seguridad que, de momento, ya tengo en mi poder todas las pertenencias que tenía depositadas en la Consellería D’Hisenda y por tal motivo quiero transmitir mi agradecimiento de dos formas distintas: A saber:
1º.- Si ha sido cosa del funcionariado, agradecer que se dieran cuenta de mi error, al indicar en mi artículo que me habían sido devueltas, sin excepción, todas mis pertenencias y lo subsanasen haciéndome llegar, el día siguiente de haberse publicado, aquello que me pertenecía y que no me había sido devuelto hasta la fecha.
2º.- Si por el contrario, ha sido la Bruja la que, por medio de su influencia, ha hecho posible esta devolución, no dejaré de reconocer, aunque no crea en absoluto en ellas, que, como dicen los Gallegos, “Haberlas Hay-las”.
De todas formas, espero que siga la racha en este sentido, pues a nadie le amarga un dulce.