Las diferentes bulas
Hace unos días, en una animada conversación, salieron a debate las Bulas de la Santa Cruzada, que eran concedidas por la Iglesia Católica a quienes podían adquirirlas por medio de un "módico" donativo, permitiéndoseles, a partir de su adquisición, saltarse "medio a la torera" las prohibiciones establecidas en tiempo de Cuaresma.
Estos "donantes privilegiados" podían, desde el mismo momento de adquirir la Bula, hartarse de jamón de jabugo, de buenos filetes de buey, etc. etc. Pero es que además se permitían "el lujo" de dar a entender, a los menos pudientes, que ellos, aun teniendo en su poder la Bula, también cumplían con la abstinencia, y lo hacían simplemente, cambiando la carne por la langosta y el langostino.
Es cierto que tras el Concilio Vaticano II, se suavizaron estas normas, aunque a muchos, como a mí, de nada nos sirvieron, pues ya "nos pillaron" en una edad en la que los complementos vitamínicos no nos eran tan imprescindibles, y creo que fue por ese motivo por el que, muchos de aquellos jóvenes (no todos, por supuesto), seguimos cumpliendo con aquellas "normas" que únicamente podían saltarse con la adquisición de la tan repetida Bula, incluso algunos, mantuvimos aquella "costumbre" de no comer, y ni tan siquiera beber agua, antes de comulgar.
Y yo me pregunto ¿Es que hoy no existen las Bulas? Yo estimo que sí, pero ya no son las tan discutidas Bulas de la Santa Cruzada, ni es necesario ningún tipo de donativo para conseguirlas. Al menos, eso es lo que nos dan a entender.
Las Bulas actuales, que en principio se pueden adquirir sin coste alguno, permiten saciar el hambre con cualquier tipo de carne, defraudar a la Agencia Tributaria, abrir cuentas mil-millonarias en Paraísos Fiscales, vendernos "preferencias", que no eran más que los laterales del teatro, ¿O serán preferentes? ¡No sé. No sé! Gastar este tipo de "ahorros" en artículos de lujo, y un largo etc., o sea, ¡Vivir de Puta madre!
¡Y luego cuestionamos a la Iglesia!
Ni a mí ni a nadie, en la actualidad, se nos obliga a ir a misa o a comulgar. Esto es totalmente voluntario, o sea, como ir al Futbol o a una "corrida".
Pero ¡Ojo! No circules por la izquierda. No estaciones tu vehículo en lugar reservado para los Concejales de tu Ciudad. Paga la Tasa que te impongan para conseguir un espacio (Vado) que te permita la entrada a tu propia casa. Ponte el cinturón de seguridad incluso antes de sentarte en el coche. Cumple con la Agencia Tributaria y después, consiente que un número elevado de personajes que aquí llamaremos "sin escrúpulos", se lleven tus ahorros fuera del País dejándote con "el culo al aire", mientras ellos mantienen, y en ocasiones hasta juran, que es dinero ganado "con el sudor de su frente", y por lo tanto lo pueden gastar como les pase por los cojo..."pip.,pip.,pip".
Puedo asegurarles que cuando era un adolescente, nunca pude beneficiarme de los privilegios de la Bula de la Santa Cruzada, pues ni podía hacer el "donativo" reglamentario para obtenerla, ni tampoco mis padres, aun teniéndola, hubiesen podido comprar el filete de Buey, o la tan preciada langosta, por lo que no tuve más remedio que "cumplir" con el Ayuno y la Abstinencia.
No obstante, sí que me gustaría conocer, ya que su precio no es muy elevado en principio, cómo y dónde se puede adquirir la "Bula de la Impunidad".
¡Quién sabe! A lo mejor todavía queda alguna por ahí.
JPE, me lo has puesto muy difícil, pues poner mucha geta, cuando yo me "ruborizo" por nada, es harto difícil para mi, y no te digo lo de apropiarme del poder legislativo ¡Casi ná!. Lo que tengo más fácil y con toda seguridad gratuito, sería lo de los abogados. ¡Mira por donde algo tengo para empezar! Gracias por tus consejos JPE y a ver si coincidimos en alguna ocasión. Un abrazo