Los más cuerdos
Hace unos días quedé dormido en el sofá con la tele en marcha.
De repente desperté sobresaltado creyendo que aquello era una pesadilla, pero no, no lo era.
Me fijé en el programa televisivo que se estaba “echando” en esos instantes y observé a un “señor” bajito con bigote, que estaba increpando a una señora que resultó ser Española.
Al “señor” se le salían los ojos de su órbita cuando de forma reiterada repetía: “Yo no me llamo José Luis. Yo me llamo Josep Lluis”. ¿Y qué? Me pregunté yo. Luego, el personaje bajito y con bigote, daba una lección de lengua Catalana a todos los Españoles, que ya quisieran darla, con el mismo “criterio” y “buen talante”, algunos filólogos.
Fue en ese instante cuando me vinieron a la mente las reacciones de “Juanitín” (Hijo de D. Juan Estornell, que no “Estornino”) que se enfadaba cuando le insultaban llamándole “Pepito”. Y tenía razón, por cuanto “Pepito” nunca podrá traducirse como “Juanitín”, a no ser que esta traducción exista en algún idioma “raro” que yo desconozco y que podría conocer mi buen amigo Pepe Olivares.
¡Pero buen hombre! Que a uno le llame José Luis una señora Española ¿No es perdonable? Además, a mi me parece hasta “prudente”, pues imagínense a esa señora Española pronunciando Josep Lluis dándole toda la fuerza del mundo a la “j”, como cuando alguien dice ¡Joder! A mi, personalmente, me caería muy mal, al igual que me puede caer mal que Vd. pueda manifestar, refiriéndose a la Jota Aragonesa, que se trata de una “Xota” Aragonesa. ¡Home! Josep Lluis, per a “Xota” la Claudia Sifer, o como se escriba ¿No le parece?
Y es que este “señor”, que se dedica a la política, que entre otras cosas (en el supuesto de ser Casado, que no lo debe ser, pues es Carot) podría tratarse de su suegra por el hecho de ser su madre política, o la hermana de su mujer, que sería su hermana política o la mujer de su hermano, etc., etc., quiere defender su Nacionalismo (que me parece muy loable) ocupando escaño (que no, “es coño”), ya sea Español, Catalan, Galego, Valenciano, etc, etc, etc., cuando pregona, a “bombo y platillo”, que él únicamente se identifica como Catalán. ¡Bueno! A mí me da la sensación que también se identificó en su día como Jesucristo, por aquello de la corona de espinas, aunque él, ahora, diga lo contrario.
Prudencia, Sr. Josep Lluis, pues el Nacionalismo, sea cual fuere, se defiende de forma muy distinta a como lo hizo Vd. Además, tengo entendido que Vd. no es Catalán por nacimiento, sino más bien porque le interesó serlo en algún momento de su vida, y no deja de ser curioso que, si este cambio lo hubiese hecho Vd. en política y, por interés personal, se hubiese integrado al P.S.O.E. o al P.P., estoy convencido que no se le llamaría Español ni Catalán ni nada por el estilo, pues más bien se le llamaría “tránsfuga” y debe ser por eso que Vd. “s’emprenya” tanto cuando alguien se lo recuerda y le llama José Luis, que no es ni más ni menos, que la traducción de Josep Lluis a su lengua materna, esto es, la que no dejó de hablar Vd. durante todo el programa televisivo, demostrando con ello que sabe más idiomas que aquella señora de Valladolid.
¿Y por eso s’emprenya?
Le garantizo que yo, para poner difícil la traducción de mi nombre al Español (que tanto le disgusta a Vd.), lo hubiese tenido fácil. Hubiese hecho un expediente de cambio de nombre en el Registro Civil, y me hubiese puesto Barrufet.
¡Ahora! Ahora me doy cuenta que “Juanitín” era el más cuerdo de los mortales, por cuanto, ni buscando cualquier idioma raro que pueda conocer mi buen amigo Pepe Olivares, podríamos traducir “Juanitín” como “Pepito” y por tanto, quienes así le llamaban, si que lo hacían con ánimo de insultarle, por lo que, su enfado, tenía justificación, o al menos a mi, que ya no se si estoy cuerdo del todo, así me lo parece.