La alcoholemia
Nuevamente me sorprenden los comentarios vertidos por aquellos que quedan al pairo de artículos como el que fue publicado hace ya algunos días en este periodic, en relación con la renuncia que, del acta de concejal, hizo cierta persona joven de nuestra Ciudad, y me sorprenden por muchas razones.
No puedo entender, es muy probable que sea por mi ignorancia, como una noticia como esta, que, al parecer, iba encaminada a salvaguardar la integridad y honradez de un Concejal joven, genera tantos comentarios baldíos y faltos de coherencia, que al final, lo que producen, es el efecto contrario al que se pretendía con su publicación.
En dicho artículo únicamente se da a conocer que, el Concejal en cuestión, dio positivo en un control de alcoholemia. Nada se dice de la tasa en aire o en sangre, por lo que deberemos pensar que fue positiva en su grado mínimo.
Tampoco se dice si a aquella conducción bajo una tasa de alcohol superior a la permitida, le podía ser aplicada la agravante de temeraria.
Lo único cierto es que todos los que conducimos algún vehículo, deberíamos ser conscientes que, ante ingestiones de alcohol que nos lleven a superar la tasa permitida, deberemos tomar medidas para evitar cualquier situación que suponga un riesgo, ya sea para la integridad física de los demás o para la nuestra propia, o sea, NO CONDUCIR.
Si el Concejal en cuestión no lo hizo, será castigado por ello, y espero que el castigo que le sea impuesto, le sirva para actuar de forma coherente cuando se encuentre en una situación similar.
Con esto, independiente de su renuncia al acta de Concejal, que entiendo habrá sido por propia voluntad, aunque no puedo descartar que igualmente lo sea porque así lo entienden los miembros de su Partido, ya queda "purgada" su culpa, al menos en esta ocasión. Si además, este señor, se da cuenta que cualquier accidente con víctimas le hubiese supuesto una condena penal mucho mayor que las simples sanciones de carácter Administrativo, deberá dar gracias a su Ángel de la Guarda, si es que cree en él, por haberle librado del mismo.
Pero de ahí, a verter toda la serie de opiniones que gratuitamente se han vertido alrededor de dicho artículo, entiendo que, por el simple hecho de tratarse de un Concejal y además joven, va como de la noche al día.
La conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas, nunca es justificable, pero dejemos que sea la propia Administración, o los Jueces y Magistrados, según sea la gravedad del hecho punible, quienes apliquen la Ley.
Tenemos poca consciencia de lo que nos puede pasar conduciendo en estas condiciones, pues "la euforia" nos lleva incluso a "delinquir". Pero no es menos cierto que, cada vez más, nos vamos dando cuenta que el precio que podemos pagar por el riesgo al que nos exponemos en este tipo de situaciones, es demasiado elevado.
Dejemos pues que el Concejal cargue con su culpa, y si en otra ocasión se diera una noticia similar, no la utilicemos para dictar tantas sentencias como comentarios se vierten sobre ella, pues parece que, como en "El bou per la Vila", estemos esperando la cogida de alguien, para, sobre ella, verter nuestra opinión, opinión que, en muchas ocasiones, distorsiona la realidad.
En cuanto a los comentarios que de forma tan gratuita se han llegado a realizar sobre la inhabilitación de todo cargo público, decir simplemente que una sola ojeada al C.P. debería ser suficiente para aclarar, a quien tenga dudas, cuando es de aplicación.
Por lo demás, simplemente dar mi opinión sobre un hecho que, siendo punible, está, por desgracia, a la orden del día.
Por todo ello, y desde esta columna, solo me resta pedirles, tanto a quien ha renunciado al Acta de Concejal por haber dado positivo en un control de alcoholemia, como a todos los que han dado a conocer su opinión en la noticia que difundió este periódic, en cuya relación me incluyo por la publicación de este artículo, que... "SI BEBEN, NO CONDUZCAN".
Al Final, de hacerlo así, todos saldremos ganando.
Ja..ja.. Ho senc Juan pero te toca a tu! Lo important es que se faja de una vegá eixa excursió al Clot, amb el berenar de marres. Un abraç