God Save the King
Le doy el pésame a un amigo británico, que por razones de su seguridad evitaré decir quien es, no sea que un 007 con licencia para matar “solucione el problema” de que mi amigo vaya por ahí diciendo lo que dice.
Naturalmente el pésame es por el fallecimiento de la que es y será una de las reinas de la Historia, con “H” mayúscula. Lo hago por educación y porque presupongo que los británicos están afligidos por una muerte que, no por esperada (en algún momento nos llegará a todos), deja de ser un golpe para la sociedad del Reino Unido y toda la Commonwealth. Y, sin duda, supone un cambio traumático en un momento en que solo hace unos días se han quitado de encima a Boris Johnson y lo han sustituido por una Margaret Thatcher II. (Perdón me acaba de dar un escalofrío. En cuanto me recupere sigo)
(Ya estoy aquí de nuevo) …Mi amigo, que además de ser un británico excepcional, chorrea humor inglés por todos sus poros me contesta al whatsapp: “Agradezco el detalle. Peeero (sic), yo soy republicano y espero que la muerte de la reina resulte en el colapso de la commonwealt, la independencia de Escocia (y por ende la perdida de sus campos de petróleo y gas, que están todos allí), la reunificación de Irlanda, el resultante e inevitable caída en picado de la libra y… por fin… el inevitable regreso a la Unión Europea, por no decir al sentido común de mí país. Paso a paso. Pero gracias por el detalle.”
Nada. La Union Jack que es la bandera británica por los aires. Y mi sentido pésame, también.
No estoy seguro de que no decirme nada de Gibraltar haya sido un olvido, pero como dice él: “Paso a paso”.