Las gracias del abusón
La semana pasada estuve en la sala en la que se firmaron en 1985 los acuerdos de adhesión de España a la Unión Europea, en el Palacio Real de Madrid. El próximo año hará 40 años de la firma y los españoles hemos sacado mucho de ello: fondos europeos para la construcción de nuestras infraestructuras, fondos Next Generation para nuestra reconstrucción después de la gravísima pandemia del COVID-19, estabilidad política (pese a quien pese) y presupuestaria y, lo más importante, sumarnos al periodo más largo de paz en democracia de nuestra historia española y europea.
Pero ahora el matón del patio del colegio, aquel que nos quitaba el bocadillo con amenazas, o te hacía bullying, el que se burlaba de ti delante de toda la clase para hacer reír, ese se presenta a las elecciones con posibilidades de ganarlas cogido de la mano de la derecha temerosa.
Es Trump en USA. Ha sido Putin en Rusia. En Argentina el “pelotudo” Milei. Y en Europa son los que ya sabéis: Le Pen, Meloni, y la sucursal de aquí. Que han aprendido que no pueden entrar avasallando, que tienen que ser más sibilinos y utilizar las redes sociales y los perfiles falsos.
Y el tema va colando, con una derecha tradicional que le ríe las ocurrencias y que se cree que los puede dominar (error) igual que lo hizo en los años 30 del siglo pasado. El matón siempre es un matón, aunque se vista de seda.
No lo dudes ni un momento, cuando se hagan los dueños del patio de recreo (Europa), el paso siguiente será quitarte el bocadillo… y tú no podrás quejarte ni a la maestra ni a tus padres.
