La fachosfera
Entre la corteza terrestre y lo que en el colegio llamábamos la troposfera hay un sinfín de hábitats tanto humanos, como animales o vegetales. Es lo que se llama “vida”, y que no necesariamente debe ser una vida inteligente.
En el mundo existe una fina capa, precisamente en la troposfera, que se va haciendo más gorda o fina conforme cada época histórica. Y que se llama la “fachosfera”.
El origen de la expresión “fachosfera” parece ser francés. Ya en 2019 un informe de la Asamblea Nacional de Francia hablaba de “fachosphère” como el conjunto de gentes que apoyan a la ultraderecha: políticos, empresarios, periodistas, jueces, influencers.
En los años 30 del siglo pasado se hinchó muy gorda esta capa de nuestra atmosfera y la lio gordísima. Y en los años 20 de este siglo está cogiendo un cierto volumen en todo el mundo. Tanto en USA como en Rusia, en Italia o en Hungría. Y rayando muy buenas posiciones en el resto de la Unión Europea.
En España va de la mano del influencer José María Aznar que, con aquella frase de que “El que pueda hacer, que haga, el que pueda aportar, que aporte, el que se pueda mover, que se mueva” y con la inestimable ayuda del culo de Puigdemont (que por lo visto es el que hay que salvar y no a los miles de catalanes pardillos que se creyeron lo del lazo amarillo) pues están hinchando la fachosfera hasta niveles desconocidos desde principios de los años 80.
Aquí, querido lector/a tienes dos opciones: o formar parte de esa fachosfera y despotricar, polarizarte, no saludar al vecino o al concejal de la oposición porque es de izquierdas. O calmarte, respirar hondo y pensar que una sonrisa y un buenos días puede empezar a deshinchar la pelota. Se feliz.