A qui li coque… li coque
De tanto repetirlo llegó a los oídos del hermano vivo que, indignado, no hacía más que repetir a gritos: “A qui li coque…li coque”
Algo así deben estar pensando en la Consellería de Infraestructuras, Territorio y Medioambiente respecto a la incineradora de l’Alcora: les ha tocado.
Parece ser que, por toda la escuadra y aprovechando que el planeamiento de esta población no lo prohíbe, un empresa privada piensa montar una infraestructura que debería ser gestionada por una entidad pública.
Y digo esto porque considero injusto, como si fuera aquel chaval que demostraba estar más claro de mente que los que tanto “le querían”, que le haya tocado a l’Alcora. Piénsenlo, le podría haber tocado a cualquier otro municipio que en su planeamiento no se prohíban expresamente estas infraestructuras. Y en nuestra tierra, llena de polígonos industriales con azulejeras y atomizadoras, difícil es que se pueda evitar instalarlas en cualquier polígono industrial.
La cuestión es otra. Los políticos de la Generalitat no pueden huir de sus responsabilidades. Deben crear un Plan pactado entre todas las fuerzas políticas (o al menos las mayoritarias) para crear un mapa de ubicación de estas infraestructuras, necesarias pero tan ingratas.
Vertederos, plantas incineradoras, plantas de purines, plantas de reciclaje, que siendo absolutamente necesarias no pueden dejarse en manos del azar y de la iniciativa privada. Porque, de ser así, el mapa estará lleno de pueblos con sus vecinos enfrentados durante generaciones.