¿Banco malo?
Bancos de este tipo ya han tenido experiencias anteriores en Europa. En Suecia se creó uno y fracasó. En Alemania se crearon dos, pero como son más listos que el resto, los sacaron a flote. Los bancos germanos se destinaron a acumular los activos tóxicos de las famosas hipotecas “subprime” y experimentos financieros ruinosos similares. En Irlanda, que parece un caso similar al nuestro, también crearon un Banco Malo, pero allí se están planteando derribar promociones inmobiliarias fallidas. Es decir el Banco no es que sea malo, es que es absolutamente ruinoso.
Aquí, en el país del “Digo-Diego”, lo que hace unos días era impensable, hoy es necesario y obligatorio. Y de ahí pasa a ser recomendable e incluso bueno. (¡Que buenos son los asesores de los políticos! Hacen verdadera magia con las palabras. ¡Para que luego digan que no sirven para nada!). O sea, que le cambiarán el nombre al Banco Malo por otro más vendible como por ejemplo: “Banco de Futuros Inmobiliarios” o “Banco de Dios” (el del Espirito Santo ya está pillado) y empezarán a privatizarlo, vendiendo acciones con altas rentabilidades a largo plazo. Y si Ruiz Mateos logró que miles de pardillos picaran por segunda vez, el Forum Filatélico tuvo éxito, o las participadas de las cajas de ahorros se vendieron como churros, no se preocupen, el Banco Malo pasará a ser el Banco Excelente en dos meses.
-¡Pitas, pitas, pitas! - que decía Esperanza Aguirre.