Avalando, que es gerundio
Si un piso tiene un coste de entre 250.000 € y 300.000 € es más fácil que lo compre alguien “con posibles” y que lo destine a un alquiler turístico o un extranjero con ganas de pasar sus vacaciones en España.
El grifo de la financiación bancaria está cerrado tanto para los promotores como para los jóvenes y eso hace imposible que el sistema funcione.
Así, mientras los bancos tengan saneadísimas sus cuentas sin necesidad de generar prestamos hipotecarios, el sistema tradicional está muerto.
Por ejemplo, ahí está el fracaso del concurso de la Vivienda para la cesión de 13 solares públicos a promotores con el fin de crear alquiler asequible. Una convocatoria con la que se esperaba construir 721 viviendas para dar cumplimiento al plan del Gobierno valenciano de construir en esta legislatura 10.000 nuevos inmuebles, que se ha quedado desierta en el primer asalto. Porque el problema no se soluciona ni regalando los solares.
En tanto la administración no avale el 100% de los costes de fabricación y/o e compra de los pisos resultantes, aquí no se mueve nadie. Ni los bancos, ni los propietarios del suelo, ni los promotores, ni nuestros jóvenes.
Si nos creemos que la vivienda asequible es un pilar de nuestro Estado Social y Democrático de Derecho, no sólo hay que poner dinero encima de la mesa para construir un parque público de viviendas, sino que también hay que dar seguridad al sistema. Y eso se hace avalando.
Y si el promotor o quien adquiera el piso no paga… lo adquiere la Administración para su parque público de viviendas, que falta hace.
