Y vino el desastre nuclear

Tras más de tres décadas denunciando las Centrales Nucleares, un fenómeno natural de consecuencias dantescas, ha dado la razón a quienes siempre hemos denunciado estas plantas nucleares, origen de destrucción y muerte.

Una mala previsión como siempre, ha puesto en peligro la región, ¿y por qué no decirlo? Al resto de países; por muy trágico que parezca así es; aunque es mejor tener esperanzas…

Cuando se realiza una Planta de estas características, se debe pensar en todos los riesgos posibles; y mucho se teme uno, que las demás Centrales Nucleares se hayan construido haciendo leves informes, que se pierden en la burocracia de los gobiernos, o que conviene que se pierdan.

La cuestión es hacer “oídos sordos” a los ecologistas, vivir de espaldas a la Naturaleza, mientras medran las arcas de los de siempre; sí, sería un caos económico si de repente nadie usase el petróleo, si de pronto se desmantelaran todas las Centrales Nucleares; pero no estaría de más que lo ocurrido sirva de escarmiento, que dejen de jugar con la vida del planeta.

Las primeras posibles víctimas que pueden correr un riesgo directo, son los empleados y técnicos de la Central; los que realmente están evitando un mal mucho mayor del que se ha producido; son auténticos héroes, intentando evitar un verdadero desastre sin precedentes en la historia.

Ya ha causado bastante muerte y destrucción este seísmo, aparte del que pueda producirse una fuga radiactiva; el mal se ha dejado notar en algunos alimentos, la población ya ha notado los primeros azotes de las primeras consecuencias de una situación que ya se hace insostenible.

¿Y la Comunidad Internacional? Está ocupada en otros asuntos; sería deseable que ésta pusiera su atención en este problema que crece por minutos; pero seamos optimistas y confiemos en la sensatez de los líderes mundiales, ellos no van a permitir una catástrofe de proporciones irrevesibles.