Una muerte inexplicable
Hay situaciones en la vida que uno no termina de entender, es muy difícil explicarse la muerte de un joven que empezaba a vivir; ha muerto un piloto de Motociclismo en el circuito Montmeló.
Todavía se desconocen las causas de tal fatal desenlace, que ha costado la vida a Luis Salom, un piloto de tan solo veinticuatro años; este hecho nos duele por su juventud, y porque somos aficionados de tan noble deporte, un deporte que rara vez se cobra la vida de un piloto.
Nos sentimos consternados, porque quizá se nos ha ido un deportista que empezaba en el motociclismo, y que a lo mejor hubiera sido uno de los mejores, como sus compañeros ya consagrados que nos están dando tantas alegrías.
La Comisión del Circuito junto con los pilotos se reunieron para decidir si seguir con el Gran Premio o dejarlo; generalmente es una actividad segura, a pesar que no hace mucho hubo otro accidente mortal.
Los mismos pilotos reconocen que es un deporte de riesgo, que cualquier roce con las rodillas o con las ruedas puede traer fatales consecuencias; las lesiones son numerosas, citemos el caso de Dani Pedrosa, nuestro ídolo, raro es la temporada que no sufra una lesión.
Sí, es muy bonito verlo en casa, saboreando una cerveza y una sepia, y no nos damos cuenta que esos personajes que aparentemente realizan un recorrido seguro, pueden tener un percance en cualquier momento; están las asistencias, las medidas de seguridad de las pistas, la protección del mono, el casco; pero siempre habrá ese factor de riesgo que hay que respetar.