15 de Mayo semanas después

No se trataba de una manifestación cualquiera, ni de un botellón juvenil, el espíritu de aquellas concentraciones era el malestar colectivo que todos tenemos generado por unos ineptos que ostentan el timón del poder.

Esos cientos de personas dieron la cara por una sociedad que está muy descontenta con la presente situación; muchos, no tuvimos la valentía, o no pudimos unirnos al Movimiento.

Las opiniones al respecto como es normal, son muy variadas; desde el inconformista con el desmadre económico reinante, hasta los que aconsejan prudencia; uno se inclina por la segunda opción, la ciudadanía tendría que demostrar templanza en momentos difíciles.

La iniciativa, como medio de protesta no estuvo mal planteada, pero sus promotores debieron asesorarse bien, antes de emprender semejante “sentada”; muchas, personas de a pie, hacen las cosas algo a la ligera; cuando un colectivo decide manifestarse debe informarse de sus derechos y deberes.

Tenemos que remitirnos a nuestra Constitución; en ella, encontramos el artículo 87.3, iniciativa popular, que dice: “Una ley orgánica regulará las formas de ejercicio y requisitos de la iniciativa popular para la presentación de proposiciones de ley. En todo caso se exigirán no menos de 500.000 firmas acreditadas.”; este recurso no es muy conocido.

Su efectividad es tímida por el leve desconocimiento de este; esta segunda voz”, que el pueblo soberano, el único soberano tiene que conocer.

Desde otro punto de vista se piensa que fueron unas manifestaciones manipuladas, sea como sea, la mayor parte de la sociedad está descontenta, que ya no aguantamos más, esto, solo ha sido el principio de lo que vendrá.