Un juez justo en peligro
Hay un dicho que dice: “La realidad supera a la ficción”; en algunos casos como este, parece ser que así es; el bueno es acusado, dilapidado y sentado en el banquillo como un vil criminal; cuando lo único que ha hecho en su brillante carrera es hacer justicia y salvar vidas humanas; esto, a parte de intolerable es ridículo, porque no pasa en ningún sitio del mundo.
Desde hace algunas semanas, una persona honorable, un hombre de bien, un juez más que competente, se encuentra en una situación un tanto comprometida por defender causas perdidas y nobles en el tiempo…
El problema que se ha planteado tiene una doble vertiente: por una parte, los familiares de los “desaparecidos”, tienen todo el derecho del mundo a saber donde están los restos de sus seres queridos, por la otra poseen el derecho a defender sus ideas, sean las que sean…
En general, ha habido hechos en la historia que es mejor dejarlos en la misma historia, porque hubo bajas en los dos bandos y después de sesenta años…
Al parecer, nadie tiene en cuenta tantos hechos buenos que ha realizado a lo largo de su carrera, ni a las “ratas” que ha quitado de la sociedad, evitando hechos delictivos de gran magnitud, y salvando a muchas personas.
Pero no, ahora el malo es él, y todo por investigar una causa tan justa como noble, que afecta a los Derechos Humanos básicamente, y que por simple humanidad, esos hechos tienen que ser investigados, no para culpar ciertas ideologías; sino para la tranquilidad de las familias.
Un tópico desafortunado de este país, es despreciar lo bueno que tenemos; es lo que está sucediendo con esta honorable persona; que lo han situado en el punto de mira de sus compañeros, cuando lo que tienen que hacer es perseguir a ciertos “personajillos” de dudosa legalidad… que campean por ciertas esferas…
Su prestigio es tal, que traspasa nuestras fronteras, esto demuestra su brillante carrera como juez instruyendo casos que atentan gravemente los Derechos Humanos, incluso de otros países demuestran su inquietud por este caso tan singular.
Se espera que salga victorioso de esta encrucijada absurda, que han urdido unos cuantos “personajes”; que dejen las cosas como están, que le devuelvan la honorabilidad que con creces se ha ganado y que se le permita continuar con su gran labor judicial.
¿Discrepar es prevaricar? ¿La ley es tan clara que no admite discrepancia como no la admiten las matematicas? Entonces ¿Por qué las sentencias no se resuelven por 10 a 0? ¿Qué son los votos particulares?