Morritos y morro
Morro es también el que le echan cuando hacen cambios cosméticos en un gobierno que sigue siendo tan incapaz como lo era la semana pasada, haciéndonos creer que en el gobierno reina la austeridad tras suprimir dos ministerios que nadie sabe a qué se han dedicado en estos seis años y medio.
Dos ministerios, en uno de los cuales hemos gastado cantidades intolerables en publicidad mientras en el otro hemos tenido al frente a la señora Aído, artífice de comentarios del tipo “un feto es un ser vivo, no un ser humano”. Sí señora, somos amebas antes de nacer, y algunos lo son hasta 30 años después. Un poquito de higiene intelectual es lo mínimo que deberíamos exigir a un ministro, y eso sí me ofende teniendo en cuenta que hay mujeres con una capacidad más que probada para desempeñar cargos ministeriales mientras la señora Aído ha demostrado todo lo contrario.
Aunque puestos a hablar de eficacia, no sé por qué necesitamos un ministerio de trabajo visto lo visto, al frente del cual el señor Corbacho condenó a los gallegos a no celebrar más actos en Hospitalet por haberle abucheado. Ese es el talante al que se enfrentan quienes no se dejan adiestrar por el Partido Socialista. Y eso también me ofende.
Y el morro de los morros, el morro por excelencia, es el del señor Rubalcaba. Pero, ¿qué podíamos esperar de alguien que fue capaz de decir que el GAL no había existido? Entiendo que se molesten la señora Pajín y sus compañeros de partido por el comentario, pero no me metan en el saco para abanderar ninguna lucha sexista, porque pretender decidir lo que me debe ofender o no sí es un insulto a mi inteligencia. En cambio, sí me siento ofendida cuando el Señor Rubalcaba insulta impunemente a millones de personas diciendo que los de derechas llevamos el machismo en los genes.
Que yo como ciudadana no apruebe esos tonos ni esos modos en la clase política es una cosa, y otra muy diferente es que el gobierno decida cuándo y por qué yo me tengo que sentir insultada.
Esa es la facilidad de los socialistas para convertir cualquier ataque político en una lucha social, porque esa es la España que pretenden cuando las encuestas les sorprenden con una mayoría absoluta del PP. Ya saben: divide y vencerás, o “nos interesa la crispación, vamos a dramatizar”, en palabras del propio Zapatero.
Esa es la facilidad para desviar nuestra atención de lo que verdaderamente interesa a los ciudadanos, cuando el problema sigue siendo el mismo: 5 millones de parados, “it’s the economy, stupid!”, como dijera Clinton.
Esa es la facilidad para decidir qué nos tiene que ofender y que no, en un gesto encubierto de adiestramiento político, e insultar a los millones de votantes del PP, erigiéndose como el garante de la igualdad por encima del bien y del mal.
Pero las hemerotecas, como la tierra, son del viento, y sirven para demostrar el morro que tienen algunos.
Imposible ponerse de acuerdo, pues mientras la izquierda quiere progresar, la derecha hace lo que puede por impedirlo. Menos mal que de vez en cuando gobiernan los progres, que es cuando se avanza, cuando gobiernan los conservadores, éstos se limitan a parasitar y aprovechan los beneficios conseguidos para sí mísmos, muchas veces a escondidas. Aunque ultimamente ya ni se esconden, ¡qué desfachatez!