Dormidina para Calles

A Juan María Calles los parados de Castellón le quitan el sueño, según comentó la semana pasada. A los 18.000 parados de la ciudad lo que les quita el sueño es que este señor ostente la Jefatura Provincial de Trabajo del Ministerio. Yo le diría al señor Calles, de corazón, que si quiere que sus sueños se hagan realidad, despierte primero. Y es que, desde que el candidato socialista es el responsable de trabajo en Castellón el paro se ha disparado, y desde que su partido gobierna España, hemos pasado del pleno empleo al 20% de paro en el país, siendo Castellón una de las provincias más afectadas.

Con Calles al frente de dicha Jefatura, el desempleo se ha desbocado en todos los sectores productivos. El castigo al que tiene sometido el gobierno de Zapatero a la ciudad de Castellón, del que sus secuaces en el partido socialista local son cómplices, no ayuda precisamente a mejorar esas cifras.

Sin embargo, Calles prefiere culpar al equipo de gobierno municipal de la mala gestión suya y del gobierno de su partido y tiene además la indecencia de reclamar el hacer bien las cosas, como si él pudiera vanagloriarse precisamente de haber cumplido con el cometido de trabajar por el empleo en Castellón.

Como buen socialista, en una exhibición impecable de manipulación de la realidad, Calles atribuye al alcalde Alberto Fabra la responsabilidad sobre los parados, cuando en el primer año de ostentar la Jefatura Provincial de Trabajo en Castellón, el candidato socialista batió el récord de parados, aumentando éstos en un 132% en su ámbito de competencia, en gran parte gracias a una crisis que su propio partido negó desde el gobierno durante meses.

Por si fuera poco, los presupuestos de Zapatero aprobados recientemente recogen un descenso del 40% en la obra pública, penalizando de nuevo al sector de la construcción y, directamente ligado a éste, al cerámico o el inmobiliario, fundamentales en Castellón. Y para colmo, como si por arte de magia pudiéramos convertir a todos los albañiles y carpinteros en informáticos o notarios, la ministra Salgado amenaza con que los que se dedican a la construcción se vayan buscando otra cosa.

Evidentemente que hay que diversificar las fuentes económicas y los puesto de trabajo, orientarlos hacia una economía baja en carbono, generar empleo de calidad, formar a los trabajadores para puestos cualificados y creernos aquello de la sociedad del conocimiento. Pero todo eso con lo que se llena la boca el gobierno debe hacerse siempre atendiendo a las circunstancias, a la realidad social, y evitando al máximo los dramas personales que supone tener más de 4 millones de parados, 18.000 de ellos en Castellón. Porque quien escriba el futuro será quien no se deje a nadie en su camino al progreso.

“Algunas utopías merecen ser soñadas” dijo Zapatero. Mientras su jefe sigue soñando, Calles no puede dormir pensando en los parados. El resto, lo que queremos es salir de esta pesadilla en la que nos ha metido el Partido Socialista.