Los del talonario
Los del talonario, aunque suene al último estreno de la gran pantalla del pasado viernes, no es una película de Hollywood. Lástima, porque seguro que nos iría mejor a todos. Los del talonario tienen nombres, apellidos y sigladas. Hay de todo un poco.
En estos días convulsos por los que atraviesa este nuestro país se oyen muchos gritos y pocas soluciones. Además, de las pocas soluciones que se oyen son, o muy extremadas, véase la independencia total de Cataluña, o son más de lo mismo, véase el amago de sacarse la billetera del bolsillo que ha hecho el Ministro Luis de Guindos. Ni diálogo, ni reforma de la Constitución, ni otras soluciones políticas, aquí siempre por las bravas. O cortar por lo sano o tirar de billetera.
Por triste que parezca, en la España democrática casi siempre se han resuelto las tensiones con los nacionalistas a base de dinero. Echen la vista atrás y miren los millones extra que le ha costado al conjunto del Estado que Coalición Canaria y Nueva Canarias dieran su sí a los Presupuestos del Gobierno de Rajoy. Miren igualmente los millones extra para la financiación de los servicios del País Vasco que ha comportado, y que aún aumentará, el voto del Partido Nacionalista Vasco (PNV). Y los catalanes, por ruidosa que parezca la protesta ahora, siempre han jugado al mismo juego, a más ruido más dinero. No en balde Rajoy anunció hace algunos meses una lluvia de millones para infraestructuras en Cataluña, en un intento fallido de calmar los ánimos, o de atraerse a más personas a su posición. Acuérdense de los históricos pactos en tiempos de Pujol y Aznar.
Y ahora, nuestro Luis de Guindos, ya ha dejado caer que se puede estudiar una 'mejora' de la financiación catalana si se renuncia al referéndum. Transmiten un mal mensaje, que viene a decir que para obtener un trato justo del Gobierno Central hay que gritar, presionar y, casi, chantajear.
Los valencianos, por nuestra parte, por la pequeña que nos toca, seguimos a la luna de Valencia. Siendo de entre los pobres de España de los que más aportamos. Al final, como dice el refrán: habas contadas. Si sacan para satisfacer las pretensiones nacionalistas, a alguien le tendrán que recortar. Usted grite, que algo sacará.