No sólo de encuestas vive el hombre
Encuestas, encuestas y más encuestas. La política de plató y de tuit no deja espacio para más. La buena política, la que debate y argumenta, se diluye como un azucarillo en cuanto salen a la luz pública las encuestas. Unas veces, filtradas por unos. Otras, pagadas. El caso es que las encuestas son sólo eso, encuestas.
Nuestros políticos, de todos los colores, harían bien en sacar pecho de su gestión, aunque estén en la oposición. En la oposición también se gobierna, se aporta y se controla. Sacar pecho del trabajo hecho debería ser lo normal. Cuando acabase la legislatura, como hacen los profesores con sus alumnos, los ciudadanos deberíamos evaluar a nuestros políticos.
Dejarse influenciar por una encuesta, acrecentando el famoso 'voto útil', que en realidad es el más inútil de todos los votos, y creando unas expectativas que tienen poco de programa y mucho de marketing, nuestro país no avanza. Sería deseable que cada cuatro años pusiéramos en una hoja de papel blanco sobre negro. Qué han hecho unos, qué han hecho otros, qué hicieron otros cuando gobernaban y qué no han hecho. Vivir al calor de la encuesta es muy bonito, pero no lo es todo, ni mucho menos.
Hablen del qué y del cómo y no del cuánto. No sólo de encuestas vive el hombre.