Y ganó Pedro
Como cuando Penélope Cruz gritó aquel famoso y estridente 'Pedro' en la gala de los Óscars. Así ha caído la victoria de Pedro Sánchez en el PSOE, como un auténtico jarro de agua fría a lo que se conoce como 'el aparato'. Una victoria holgada, de casi diez puntos, entre Pedro Sánchez y Susana Díaz, y a mucha distancia del tercero en cuestión, Patxi López que sólo gana en País Vasco. Muchos de nuestros lectores se preguntarán qué es eso del 'aparato'. Pues bien, el aparato es algo así como la dirección, los cabecillas de los partidos políticos que controlar a una extensa red de mandos intermedios quienes, a su vez, controlan a un considerable número de afiliados. El aparato del PSOE, formado por los llamados 'barones' territoriales, los antiguos dirigentes como Zapatero, Felipe González o Rubalcaba, habían hecho su clara apuesta: Susana Díaz, y como bien es sabido, han perdido la mano.
Exceptuando el feudo andaluz, y Aragón, el resto de federaciones son de Pedro Sánchez, incluso Castilla La Mancha y Extremadura, tradicionalmente afines a los defensores de Díaz y con líderes regionales en esta línea. Si una cosa ha quedado evidenciada es la desconexión entre la cúpula dirigente del partido y la mayoría de sus bases, sin entrar a discutir cual es la decisión acertada, si Pedro o Susana.
Necesaria reflexión por lo tanto en el conjunto del PSOE, puesto que Susana Díaz ha obtenido menos votos que avales recibió para presentarse, y eso puede indicar dos cosas. O que su campaña ha sido muy mala y sus avalistas cambiaron el sentido de su voto, o que hay afiliados que avalan condicionados y a la hora de votar lo hacen a su libre albedrío.
Ahora al PSOE le queda un reto colosal, redefinirse, situar su discurso en uno u otro bando y diferenciarse de otras formaciones a su izquierda, como es el caso de Podemos, para ofrece algo nuevo y distinto al votante. Además, tendrán que sacar la cesta de la costura y dedicarse a coser, con muchos dedales para tener cuidado con las agujar, algunas de ellas saqueras, afiladas y largas. Pues ya se sabe que, en nuestro país, esto de las primarias no se lleva bien en el bando que no gana. Coser y cantar, pero sin el cantar.
