La Estrategia de Silencio
El silencio, la ausencia de sonido perceptible por los humanos. Tan placentero o tan doloroso. 'La Estrategia del Silencio' es el título del programa con el que ayer volvió a sorprender el programa Salvados, presentado por Jordi Évole, en el que se relató la lucha de los familiares de las 43 víctimas del accidente del Metro de Valencia y donde se hizo repaso de aquel primer Salvados de hace ya algunos años y que sirvió para poner el foco de la opinión pública en un accidente que, hasta la fecha, había sido olvidado por la mayoría de los ciudadanos. Después de aquel programa, las familias de los fallecidos y heridos dejaron de ser un pequeño grupo tras una pancarta que se concentraba cada día 3, en recuerdo del accidente ocurrido el mismo día, en la Plaza de la Virgen de Valencia.
Fíjense en el poder de los medios para transformar la realidad, para cambiar las cosas. Pero fíjense también en el poder de la perseverancia, de la lucha constante, del camino recto. En un momento del programa de anoche se afirma que, 'la única lucha que se pierde es la que se abandona'. Este editorial pretende humildemente ser una oda, o un homenaje si lo prefieren, a todas aquellas personas que no se rinden, a todas aquellas personas que perseveran en su camino recto y que no desfallecen ante las zancadillas del destino y de sus adversarios. Su lucha, su reivindicación, les hace dignos y casi vencedores.
Hablamos, como no puede ser de otra manera, de los familiares de las víctimas del Metro de Valencia que, tras años de lucha constante, consiguieron que se abriera de nuevo la causa, y se reconocieran algunas culpas, sí. Pero también hablamos de todas las víctimas de nuestro país; las del terrorismo de ETA, las del terrorismo yihadista o las del terrorismo machista que el pasado fin de semana ha dejado tres mujeres muertas, presuntamente, a manos de sus parejas o ex parejas sentimentales. Hablamos y homenajeamos a todos los que no se rinden, a los que hacen que el mundo se mueva cada día, porque gracias a ellos, más o menos, el mundo sigue girando.
No desfallezcáis.