El cupo vasco, ¿privilegio o modelo?
Mucho se habla estos días del 'cupo' vasco. Pero pocos son quienes van a la raíz del problema. Por resumir mucho, podemos decir que el cupo vasco es un sistema por el cual los vascos recaudan sus propios impuestos, los gestionan y después negociar con el Estado una cantidad económica fija para pagar por los servicios estatales que se prestan en aquellas tierras por parte del Gobierno Central. Si el cálculo está bien o mal hecho, o si el PP ha tirado más, o menos, de billetera a cambio del voto de los nacionalistas vascos es un debate.
Ahora bien, la cuestión candente, que nos atañe especialmente a los valencianos, es el sistema en si mismo. El sistema de cupo no es en si mismo justo o injusto, es un sistema más. Seguramente sea incluso más eficiente que la financiación del resto de autonomías.
Lo que deberíamos reivindicar no es quitar a los vascos su sistema, sino extenderlo a todos los territorios si es cierto que es eficiente y que provoca que los gobiernos autonómicos gasten con mayor raciocinio.
No es de recibo, ni lógico, que mientras en la Unión Europea cada vez se camina hacia una mayor armonización fiscal, aquí estemos todavía manteniendo sistemas diferentes en función del territorio. Hemos de encontrar entre todos la fórmula que permita a los gobiernos autonómicos ser más eficientes, y responsables, a la hora de gestionar los impuestos de los ciudadanos.
Si el sistema vasco funciona mejor, copiémoslo. El sistema de cupo dejará de ser un privilegio si a él podemos acceder todos. De lo contrario, es un, efectivamente, un trato de favor. Copiemos lo bueno, no lo ataquemos.