Cuando Cataluña estornuda España se constipa
¿Han escuchado alguna vez aquella frase que dice que si Estados Unidos estornuda Europa se constipa? Pues con Cataluña y el resto de España pasa algo parecido. Nuestros vecinos catalanes son unos de los principales polos industriales, a pesar de la deslocalización de sedes sociales que ha sufrido tras el anuncio de la fallida Declaración Unilateral de la Independencia.
Ya se ha demostrado que el boicot a productos catalanes nos afecta a todos. Pues el corcho de la botella es extremeño, la masa de las pizzas la hacen en Aragón y el tomate de las tostadas viene de la huerta murciana. Cuestión distinta es la promoción de los productos locales, por una cuestión de sostenibilidad, económica y ambiental, de nuestros pueblos y empresarios más cercanos.
Lo que pase en Cataluña el próximo jueves nos afecta a todos, y a los valencianos especialmente. Las empresas catalanas son una de nuestras principales fuentes de negocio. Infraestructuras como el Corredor Mediterráneo pasan por allí. A los valencianos nos interesa, como a todos, que las cosas vayan bien allí arriba. Por eso, las opciones moderadas han de ser las que centren el debate y protagonicen el escenario de pactos.
Un drama sería que fuerzas radicales y antisistema como la CUP volvieran a ser llave de gobierno. En valenciano tenemos una palabra para definir lo que necesita la política actual, y muy especialmente la catalana: ‘trellat’. Allí le llaman ‘seny’.
Apliquemos el trellat, apliquemos el seny. No nos constipemos.