No sin mi carril bus
Las semanas van avanzando, la política se va complicando y es que, como ustedes saben, andamos a la mitad de la legislatura. Pronto hará dos años del cambio político en Valencia y la Comunitat Valenciana. Años de gobierno de mayoría absoluta del Partido Popular quedron atrás de la mano de los gobierno bipartitos o tripartitos protagonizados por Compromís, PSPV y Podemos y sus marcas locales.
En Valencia, uno de los cambios más visibles es el urbano. Nuevas calles peatonales, una creciente red de carriles bici y mejoras urbanas que nos acercan a las ciudades europeas y que nos preparan para los retos del futuro, que tendrán mucho que ver con la lucha contra el cambio climático, y con ello de la mano, un necesario cambio en la manera que tenemos de movernos y desplazarnos. Aunque puedan generar molestias, los carriles bici y demás reformas tendentes a dejar el coche en casa y moverse de otra forma son, sí o sí, necesarias.
No obstante, siempre no se puede acertar, y Grezzi también se equivoca. Sabido es que cada gobierno, y cada político, tiene un estilo, un programa y una manera de hacer las cosas. Igualmente sabido es que para llevar a cabo cambios profundos se requiere de consenso y diálogo, mucho diálogo. Precisamente esto es lo que parece que falta en la última medida anunciada por parte del Concejal de Movilidad, el verde Giuseppe Grezzi. La prohibición de aparcar en carriles los carriles bus por donde discurren las líneas nocturnas de EMT.*
Quizás sería más interesante que hubieran esperado para aplicar una medida como esta a tener una red de transporte público más madura que conectase todos los barrios y pueblos del área metropolitana de Valencia en las noches, especialmente en los fines de semana. De aplicarse la medida, aparcar en Valencia una noche de sábado puede volverse tarea imposible, con el consecuente impacto negativo en comercios y locales de ocio, pues son muchas las personas que no disponen de línea EMT nocturna en sus localidades.
Quizás sería más interesante encender el Metro en las noches, exigir un par de trenes de cercanías al norte y al sur. Quizás, si el Gobierno de España concediese a Valencia las ayudas que sí otorga a Barcelona y Madrid para el transporte metropolitano, sería mucho más fácil. Hasta el momento, como dice el sabio refranero valenciano, 'que no estiren més el braç que la mànega'.