Aficionados
Los partidos empiezan a calentar motores con mítines que empiezan a dar con mayor asiduidad, al calor de las elecciones del próximo año 2019, y ante la sombra de un posible adelanto electoral a nivel general. Para todo aquel que haya escuchado hablar este fin de semana a Mariano Rajoy no le pillará de sorpresa el término aficionados, y es que el Presidente del Gobierno ha enviado un mensaje a todos aquellos que andan estos días fascinados con el ascenso de Ciudadanos en Cataluña.
La competencia con el PP es directa, y eso ha puesto más que nerviosos a los populares, aunque al final las políticas que ambos partidos ya pactan en España, Madrid o Murcia sean, pata pata, más que parecidas. Rajoy dejaba entrever que Ciudadanos era un partido de aficionados, y quizás no le falte razón. La falta de cuadros, estrucutura y la espantada de decenas de cargos públicos y afiliados en medio de acusaciones de falta de democracia interna e incoherencia programática, hacen temer una nueva oleada de afiliados de dudoso rigo en Cs al calor de las encuestas.
Los partidos políticos, y eso incluye a Ciudadanos, deberían ser muy exigentes con sus cargos públicos, y cuando las encuestas empiezan a señalar que posiblemente toquen poder, deberían empezar a prepararse y a nutrirse de los mejores. Qué pasará con el duelo PP - Ciudadanos es un misterio, aunque ya vimos el pretendido sorpasso de Podemos al PSOE como terminó. Aficionados o no, la política española requiere de mucha regeneración, coherencia y nuevas prácticas con gente esperimentada. No por ser joven se será mejor gobernante, ni por tener experenica se gorbernará bien.
Atentos, tiempo de aficionados, para bien y para mal.