Per Sant Francesc, agarra el reclam i ves, pero... si torts no agarres, no tornes més
Es uno de los antiguos dichos de este querido pueblo de l´Alcora. San Francisco, cuatro de octubre, para muchos alcorinos suponía el premio. El justiprecio por la dilatada labor realizada a lo largo de su vida. Personas de la tercera edad, mayoritariamente ya con la orla de abuelos y los recursos propios del tiempo, que para poder seguir ayudando al hogar, durante la época del paso de las aves migratorias, intentaban cazar unas pocas mediante un ancestral método artesanal. Hay que ver la gran labor que para ello desarrollaban durante todo un año.
Tordo con cebolla, tomate, arroz, pimiento o con patatas al horno. Da igual. Combinaba en toda cocina con tal de que aportara alguna proteína más a la empobrecida alacena de la casa.
Mi padre (q.e.p.d.), siempre me decía, que cuando en el campo ves un terreno limpio, de fornidas paredes de piedra seca, bien compuesto y con hermosos árboles bien cuidados, allí había un parañero. Fíjate, que hasta la llama del devorador fuego, brinda respeto y admiración a tanto cariño rural bordeando dicha propiedad.
El tema era tan vital y alcanzaba tal dimensión, que en el Pleno del 25 de marzo de 1.843 de la Excelentísima Diputación Provincial, uno de los puntos a tratar fue la concesión de una feria a la Villa de l´Alcora.
“Dada cuenta del expediente instruido para la concesión de Feria a la Villa de Alcora, se acordó evacuar el informe que nuevamente pide el Gobierno de S.M. en términos favorables, con la limitación de que para evitar el choque con los demás pueblos inmediatos que gozan del mismo beneficio por los días en que lo solicita. Igualmente la municipalidad de Alcora, convendría que se le concediese la gracia de celebrar la feria en los primeros días del mes de Octubre.”
Alcalde de l´Alcora: D. Vicente Negre. Secretario: D. Ramón Gil
Sí, aquel Pleno de la Corporación Provincial, inició la FIRA DEL MUSSOL. Las primeras exposiciones duraban hasta siete días: Ropa y calzado, salazones, ganado, agricultura, etc. Pero el día grande, aquel que aportaba mayor número de vecinos tanto de la localidad como foráneos, era sin duda el día cuyo temario ferial era el “Parany” (parañ). Tordos cantores, mochuelos, paellas, cazuelas, esparto, liga, comida para tordos y mochuelos, hierros de triángulo para el fuego, mechas para el candil, vino, reclamos, etc. Para otro tipo de caza se vendían hurones, perdigones y pólvora (los cartuchos se confeccionaban en casa), fundas de todo tipo y gruesas mantas, para cuando uno estaba en el tronco del algarrobo con reclamo en boca en las frías mañanas del otoño/invierno.
Hoy l´Alcora mantiene la histórica feria, este año se celebra el próximo 14 de octubre, pero… aquel que fue el protagonista de la muestra esta agonizando, lo quieren matar. El parany, máximo exponente viviente de una singular forma de caza, máximo exponente de cómo se limpia el campo, de cómo se cuidan los árboles, de cómo se caza artísticamente, está ante la picota por quienes –mayoritariamente- no saben ni lo que es una azada, ni han tenido nunca en sus manos un zorzal.
Así nos va.
