Un repaso de 25 años. Colegio Puértolas Pardo
El pasado domingo, 29 de abril, un selecto grupo de jóvenes mujeres celebraban el 25 aniversario de su finalización del EGB en el Colegio Puértolas Pardo de l´Alcora. Este artículo que con satisfacción hago sobre el evento, es válido y extensivo a todas las promociones, a todas las generaciones de hombres y mujeres que un día compartieron aula y pupitre en cualquiera de los colegios de esta localidad ceramista.
Ellas, las que recordaban la efeméride de sus estudios, Promoción 1977-1988 del Colegio Puértolas Pardo, regido por las Hnas. de la Consolación, se encontraron, con que ya son unas encantadoras mujeres, casadas o compañeras, con hijos, inmersas en una sociedad cada vez más compleja, en plena brega diaria de la educación de los suyos, al igual que otrora hicimos nosotros con ellas.
Qué voy a decir yo, de lo que a mí me tocó hacer como padre, al igual que mis amigos Pepe Marimón, Vicente Bovea, Guillermo Gallén, Lucas Salvador o José Aº Ribés entre otros muchos, sobre nuestras respectivas hijitas. Como tutores responsables deseábamos lo mejor para ellas. Tiempos difíciles atravesaba la enseñanza por cuestiones que luego expondré. La superación del trauma, que para esta villa suponía el cierre del colegio de la PL Iglesia, nos llegó el histórico 10 de Septiembre de 1.978, con la inauguración del nuevo edificio que garantizaba la continuidad en l´Alcora de las Hnas. de la Consolación. Aquel día, cuando mi hermano Paco Puchol, secretario de la junta, terminó de leer el “Acta” ante las autoridades civiles y eclesiásticas, y junto al alumnado y padres de este, el Obispo bendijo las nuevas instalaciones, a muchos de nosotros nos llegó el consuelo, la batalla estaba ganada. Nuestra manera de pensar, nuestra ideología, nuestra forma de entender la enseñanza para nuestros hijos, alcanzaba el cenit. Yo también fui alumno de las monjas. No agradeceré suficientemente, las veces que me habrá limpiado los mocos la madre Teresita o la madre Asunción, que en gloria estén.
La preocupación, el más que dudoso futuro del antiguo colegio, comenzó antes de procrear a nuestras hijas. El año 1.970 con la famosa Ley General de Educación y Financiamiento de la Reforma Educativa de 1.970, de José Luís Villar Palasí. Se iniciaba una catarsis generacional en la forma de entender la cátedra educacional. Lo que venía con esta Ley era un cambio radical sin precedentes hasta la fecha. Otro nuevo concepto y sistema comenzaba andar, las nuevas siglas se iban familiarizando entre el mundo lectivo: EGB – BUP – COU – nuevo FP, siglas de un nuevo rol estudiantil. A muchos centros, la nueva ley les cogía fuera juego por volumen de estructura, textos, alumnado, condiciones y cualidades del profesorado. Quedaban condenados irremisiblemente a su cierre y liquidación.
Cuando celebramos el 25º Aniversario de la inauguración del nuevo colegio, ya publiqué mediante un respetable artículo a través de dos Crónicas de l´Alcora, la lucha y vicisitudes a superar por aquella recordada Junta de Padres. Se asumió el reto de construir uno nuevo, para que l´Alcora y su Colegio de la Consolación, tuvieran continuidad dentro de la exigente Ley, y si cabe, con mucha más holgura, que para ciertas cuestiones marcaba la nueva normativa.
Es momento de recordarlo con satisfacción. Agradecer eternamente. Nuestras hijas, hoy son magníficas madres de familia, conviviendo con sus esposos o compañeros. Defienden con sus merecidos derechos una profesión, un puesto de trabajo, y una libre enseñanza. Después de 25 años y por fin, son más iguales, le hablan de tú a tú al varón. La sociedad ha evolucionado más en estos últimos cuarenta años, que en los ultimos tres siglos anteriores. Quiero hacer hincapié como ejemplo de la susodicha evolución, para bien de las féminas, que incluso algo tan emblemático para l´Alcora como es el Rollo, ellas ya han podido vestir a sus pequeñas de angelito, siendo esta generación, la última que aún sufrió tal disparidad y torpeza machista. Hoy l´Alcora reparte rollos a todos, varones y hembras, y me halaga y mucho, cuando invitado al reparto junto a las autoridades, tengo el gran honor de darle uno a cualquier criatura hembra. A mi hija y siendo concejal yo no se lo pude dar.
Gracias reverendas madres de la Consolación. La coincidencia de que a la presente celebración, en la que entre otras es protagonista mi hija Estela, se anexa vuestro 125 aniversario entre nosotros, lo aprovecho para resaltar aquél histórico 26 de marzo de 1.888, en el que cuatro de vosotras llegasteis a l´Alcora. Dos os incorporasteis al Hospital en el antiguo convento franciscano, otras dos a la enseñanza de “costura” en el provisional colegio instalado en la Casa de Villalonga de la calle Teixidors. Edificio ya derruido, sobre cuyo solar se asienta el nuevo Museo de Cerámica. Que continuéis aquí en esta vuestra Alcora muchos siglos más, dando pie a otras muchas celebraciones como la presente.
Enhorabuena a nuestras hijas las celebrantes, hoy admirables mujeres. Gracias por habernos llenado las casas de alegría, al regalarnos unos encantadores nietos con quienes poder compartir nuestras vivencias.