¿Qué queda de la culta y cristiana Europa?
Asombrado estoy de las imágenes que acabo de ver en la televisión. Hombres, mujeres y niños, hacinados en la frontera de Grecia-Macedonia. Gritan y lloran desquiciados pidiendo auxilio. Buscan paz, sosiego, poder vivir. Huyen de las atrocidades de la guerra.
¿Y Europa? Es de pena. De puta pena el comportamiento y caridad que muestra la “creyente” Europa: católica, anglicana, protestante y ortodoxa. No hablo de acogerles en nuestras propias casas, pero… es que ni tan siquiera les ofrecemos unos campamentos dignos, con los elementales servicios de cobijo, agua, luz, hospitales de campaña, escuelas, etc.
Solo se trata de ayudarles temporalmente, que sigan manteniendo su dignidad como seres humanos hasta que puedan volver a sus lugares de origen. Si aquel Jesús de Nazaret, el personaje que nos enseñaron, el de las bienaventuranzas, ¿Se acuerdan?, estuviera aquí; partiría por la mitad esta hipócrita Europa que solo corre en ayuda de sus bancos y multinacionales.
Muy pronto recordaremos la pasión y muerte de Jesús con despilfarro económico por todo lo alto. ¿Para que sirve? pues simplemente para eso, para recordar. Eso sí, como se le ocurra a un alcalde de este país, modificar en lo más mínimo una procesión o acto litúrgico en honor del crucificado, se enterará todo el mundo de tal maldad, irán a por el, olvidando que ese Cristo, el humano y caritativo personaje que nos enseñaron en el colegio, estaría con aquellos de allá, los necesitados, no en la opulencia y lujo de los descritos eventos a celebrar.
Vivimos en una deshumanizada Europa. De cristiana solo lo dicho, el recuerdo. Los dioses ahora son otros: el Euro, el Déficit, el Ibex 35 y el Fondo Monetario Internacional.