Problemas con la Educación? ¿Ajustes presupuestarios?
Recuerdo histórico de otro difícil momento
En 1.874, l´Alcora se encontraba inmersa en una contienda tan absurda como ineficaz. La confrontación realista/liberal, era una lucha de guerrillas, que integrada por pequeños destacamentos o partidas, se dedicaban a fugaces entradas y salidas de la Villa. Era una constante, el atropello y asalto urbano en busca de víveres, con continuas órdenes y amenazas a la población. Los impuestos, acopio de vituallas, requisa de metales, tejidos de hilo para vendas, y la llamada de mozos a quintas, eran vitales para los bandos en disputa.
El Ayuntamiento tenía alcalde por partida doble, la liberal con destierro en Castellón, protegido por las autoridades de la capital; y la afín a los realistas de D. Carlos de Borbón. Debo dejar constancia, de que D. Alfonso Carlos de Borbón, y su esposa Dª María de las Nieves de Braganza, cuando venían por estas tierras se hospedaban en el palacete de la Real Fábrica de Cerámica. Siempre acompañados por su Estado Mayor, con el General Moya al frente. Por cierto, este General Moya, falleció en octubre de aquel año, como consecuencia de las heridas sufridas el 14 de junio en la denominada “Batalla dels Barrancons”.
En estas circunstancias, pienso, que la Corporación Municipal de l´Alcora, bastante haría con mantener unos mínimos servicios, para aquellas cuestiones más perentorias. Ni tan siquiera confeccionaría el obligado presupuesto, en el que un arruinado erario local debía asumir el coste de la docencia. La situación era tal, que en una de las incontables escaramuzas, un día se presentaron en l´Alcora los liberales, y solo encontraron al alcalde y un regidor, los demás habían dimitido o estaban huidos. La ciudadanía se encontraba dividida a causa de la Guerra Carlista, que le imprimió una fuerte virulencia a la coexistencia pública.
D. Cristóbal Mascarós Arzo, alcalde de la villa, hizo lo suficiente contra los realistas como para ganarse la pena capital. Dª María de las Nieves de Braganza (Dª Blanca), que le gustaba pasear por l´Alcora con su precioso corcel blanco, indultó al heroico alcalde que residía en la Plaza de Loreto. Pues bien, en estas circunstancias en las que se encuentra inmersa la villa, se recibe entre otros muchos, digamos que uno más, el siguiente comunicado:
“Se notifica al Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Alcora, para los efectos oportunos a su cumplimiento, la comunicación de la Junta Provincial de 1ª Enseñanza, de fecha 17 Septiembre de 1873, a fin de que no se rebajen en el presupuesto municipal las cantidades señaladas por la Superioridad para gastos de personal, material y retribuciones de los Maestros.” 1.874. 10 de Febrero (Diputación Provincial de Castellón).
Esto es un botón más de la riqueza histórica de l´Alcora. En su lecho descansa tanta historia, que para tratarla, para mostrar al mundo como era esta villa nuestra, necesitamos conocerla aún mejor. Por ello es necesario pedirle a Dios, nos facilite también las mismas dotes que le concedió al santo Job.