Pantano de María Cristina, un record de medio siglo de historia
Foto de Wamba, dando fe de lo que ocurrió aquel 18 de octubre de 1.962
La cantidad de agua que desembalsaba, alcanzó nivel de record
El Pantano de María Cristina, importante obra hidráulica realizada sobre el cauce de la Rambla de la Viuda, forma parte de la vida cotidiana de los alcorinos. Inaugurado el 30 de mayo de 1.925, contó con la presencia del General Primo de Rivera, que ostentaba la representación del Rey. L´Alcora estuvo representada por las autoridades locales, el Somatén, y la Banda de Música. No olvidemos, que siempre nos ha tocado cruzarla para acercarnos a la capital. Además, al menos una mitad de la citada Rambla, pertenece al término municipal de l´Alcora. Frontera entre l´Alcora y San Juan de Moró, y más hacia el Sudeste, con Borriol y Castellón.
Fue un número considerable las propiedades agrícolas de alcorinos, las que se adquirieron para ubicación del Pantano, y la gran superficie necesaria que iban a ocupar el vaso y cola del embalse.
Con fecha 17 de octubre de 1.962, los corresponsales de prensa daban cuenta a sus correspondientes editoriales, de que la cantidad de lluvia registrada a la indicada fecha era de 310 l. El cielo llevaba abiertas sus compuertas desde el anterior sábado día 13. Destaca el domingo día 14, que en solo ocho horas Castellón contabilizó 120 l.
El Río Seco, hizo cundir la alarma a los barrios periféricos del Estadio Castalia (Oeste de Castellón). El agua rebasó el puente a la altura de la carretera de Morella. Muchos vecinos de zonas inundadas o en peligro de serlo, fueron acogidos por sus familiares o vecinos de lugares más seguros.
Los partes meteorológicos seguían pronosticando continuidad de las lluvias como consecuencia de un potente anticiclón anclado en al Canal de la Mancha, que no paraba de mandarnos viento de Levante a nuestra Costa.
La marjalería desde Benicasim a Almazora quedó inundada y el ferrocarril cortado a la altura de Almazora y Chilches. Un gran número de pasajeros estaban en la Estación sin poder salir.
La Rambla de la Viuda, con su potente afluente el Monlleó, aquel octubre de 1.962, recordó a linderos y extraños cuales eran sus verdaderos límites. Con dientes de lobo feroz, mostraba hasta donde llega la línea divisoria propiedad de su señorío, y que por seguridad, nunca deberían rebasarse sus mojones fronterizos con venturosas construcciones. Los notarios, con razón, dicen que la naturaleza nunca pierde las escrituras.
La flecha indica la altura de las aguas en 1.962
Siempre he oído decir a mis mayores, que cuando el caudaloso Montlleó, procedente de las sierras de Gúdar-Javalambre (Mosqueruela/Aragón), desagua en cuantía considerable en la Rambla (cerca dels Ibarsos), hay que sujetar y falcar el paredón del María Cristina, para que puedan dormir tranquilos los de Almazora. En esta ocasión, esta ciudad de la Plana fue alertada en previsión de males que le podían llegar vía Rambla de la Viuda.
El vicepresidente del Gobierno, capitán general Muñoz Grandes, y el ministro de Agricultura D. Cirilo Canovas, mantuvieron un permanente contacto con las autoridades provinciales siguiendo el curso de los acontecimientos.
Pasado el susto de aquella horrorosa tormenta, conllevó la ampliación de aliviadero en la pared del pantano, con una capacidad de desembalse de casi 600 m3/s., que permite relajar la tensión cara a las nuevas avenidas que puedan producirse.